Nabiax, el mayor proveedor de servicios de colocation para hiperescalares en España, que ya ha puesto en servicio 10 MW TI de demanda, a día de hoy cuenta con 26 MW de potencia TI dedicada a colocation en sus tres centros de datos. La compañía, además, tiene capacidad de crecer hasta los 120 MW de potencia TI en el medio plazo, concentrando la mayor parte de la capacidad de su campus de Alcalá Data Center, y de hecho, está trabajando ya en una expansión de 10 MW TI adicionales para hiperescalares.
Alcalá Data Center se ha convertido en la referencia en España para este tipo de clientes, dadas sus características y capacidad de expansión. ADC2, el primer Data Center construido por Nabiax, ha sido preparado específicamente para atender las necesidades de los hiperescalares, habiendo sido terminado en un tiempo de tan solo 15 meses de construcción. Y es en este data center, adaptado para poder cumplir con los más exigentes requerimientos de calidad de sus clientes, para el que se decidió contar con suelos técnicos de Bergvik, experto en esta materia y presente en el mercado desde hace más de 50 años.
El proyecto consiste en la incorporación de un sistema innovador de suelo técnico, instalado en salas diáfanas de 1.000 m2. Esta solución aporta una mayor flexibilidad y seguridad en la operación del día a día en los trabajos en las salas técnicas, así como con una apuesta para cumplir con las necesidades y exigencias actuales y futuras en capacidad de soporte y sostenibilidad.
“La solución aportada por Bergvik ofrece gran flexibilidad para adaptarse a los requerimientos de los clientes hyperscalers que están alojados en nuestro edificio (ADC2). Esta solución simplifica los trabajos, en caso de necesitar una adaptación para un cliente o equipo especial montado posteriormente”, explica Adrián Sac, Project manager en Nabiax. Contar con esta solución es importante, porque el falso suelo de varias zonas como pasillos y almacenes, se decidió montar en fases anteriores, sin conocer aún quién o quiénes serían los clientes finales de las otras tres salas. Por lo tanto, según Adrián Sac, “sin un falso suelo capaz de adaptarse a las necesidades de nuestros clientes, es posible que, con los nuevos requerimientos, hubiéramos tenido que haber sustituido el suelo por completo, en vez de haber podido realizar únicamente un refuerzo, que ha simplificado los trabajos, reduciendo enormemente los tiempos de ejecución”, explica.
Los detalles técnicos
La solución de Bergvik va mucho más allá de un falso suelo convencional. No se trata de un mero refuerzo de típicos suelos de oficina, sino de una solución innovadora, focalizada en dar valor añadido en entornos de salas técnicas. “Con una capacidad y flexibilidad de diseño sin precedentes, nos adaptamos a las necesidades actuales y futuras”, explica Agustín Sánchez, Business Development Manager de Bergvik Iberia.
En este proyecto en específico, se requirió una altura de 90cm y cargas de 15kN/m² y posteriormente de 22kN/m². Capacidades que Bergvik cumple sobradamente con su versión estándar de hasta 2m de alto y capacidades de varias toneladas.
Algunas de las capacidades técnicas de la solución es que la disposición de los pedestales no es fija y además la cuadrícula es mucho más amplia. “Para cargas de 22kN/m² podemos trabajar a 1.000x900mm por ejemplo, garantizando que no haya interferencia entre los pedestales y las instalaciones por debajo del suelo al colocar los pedestales donde realmente son necesarios. Además, al tener distancias entre pedestales mucho mayores, se optimiza el enfriamiento al tener menos obstáculos para el flujo”, explica Agustín Sánchez. Como ventajas adicionales, “algo que sorprende es la capacidad de carga del suelo, ya que nos permite no tener que usar bancadas para equipamiento pesado y apoyarlo directamente en el suelo. Estandarizado para soportar trafos de hasta 14 toneladas o mover trafos de hasta 9 toneladas (carga dinámica)”.
La seguridad en la operación diaria es otro punto a favor. Se pueden retirar todas las baldosas alrededor de una carga pesada y el suelo no pierde estabilidad estructural, eliminando cualquier riesgo en la operación, ya que el suelo no se puede venir abajo.
Con todo lo anterior en mente, es fácil inferir que el sistema es muy flexible y que se puede adaptar a cualquier necesidad futura. Se puede mejorar capacidades de soportación, cambiar distribución de carga, etc. en cualquier momento, ahorrando tiempo y esfuerzo adicional.
