Barcelona Cable Landing Station (CLS) es la primera estación de aterrizaje que se construye en Cataluña con dimensión internacional. Esta infraestructura clave está lista para acoger hasta ocho cables de fibra óptica submarina y próximamente se convertirá en un puerto digital de referencia en el Mediterráneo. La llegada de los dos primeros cables se producirá antes de terminar el año.
La infraestructura ha supuesto una inversión de siete millones de euros (el proyecto global, incluyendo las obras de canalización de la playa a la estación, asciende a 10 millones de euros), capital aportado al 100% por AFR-IX telecom, empresa de telecomunicaciones catalana que ha impulsado el proyecto y que trasladará en breve su sede al edificio.
Tal y como ha afirmado Norman Albi, CEO de la compañía: “En pocas semanas estaremos a pleno rendimiento con la llegada de los primeros cables, convirtiéndonos en puerta de entrada y enlace de los cables submarinos de fibra óptica de alta capacidad que discurren por el Mediterráneo. Teniendo en cuenta que el 98% del tráfico de Internet se realiza por cable submarino, Barcelona Cable Landing Station será una pieza clave para ganar conectividad con el mundo”.
Uno de los cables que aterrizarán en la estación será Medusa, promovido también por AFR-IX y que, con 8.700 kilómetros de longitud, será el más largo del Mediterráneo. Se espera que los ocho cables submarinos internacionales aterricen en las instalaciones en los próximos 10 años, convirtiéndose en una infraestructura estratégica para la economía digital de todo el país y en un emplazamiento alternativo a Marsella, actualmente saturada por elevado número de cables que allí aterrizan.
La importancia de los cables submarinos
Para entender qué es una estación de aterrizaje de cable submarino, podríamos hacer el símil con un aeropuerto en el que los aviones que aterrizan serían, en este caso, los cables de fibra óptica. Los datos que transportan los cables de fibra óptica se envían desde la estación de aterrizaje a diferentes data centers (centros de datos).
Barcelona Cable Landing Station, además, se convertirá en el primer open port de Cataluña (el segundo de España), lo que permite el acceso de cables sin restricciones y, en este sentido, será el punto de llegada de múltiples cables. Se trata de una propuesta innovadora, ya que normalmente cada empresa propietaria de un cable debe construir la propia estación de aterrizaje para la conexión del cable.
Barcelona CLS liderará la transformación del ecosistema de conectividad del sur de Europa, ya que proporciona un puente de alta conectividad entre el Mediterráneo occidental y el Atlántico. Se estima que la capacidad de transmisión mínima de un cable submarino de fibra óptica, con un diámetro de entre sólo 1,7 y 2 cm y una longitud de miles de kilómetros, es de 400 Tbps.
Monitorización permanente de los cables submarinos
Ubicada en Sant Adrià de Besòs, Barcelona CLS es un edificio de dos plantas con una dimensión total de 2.657 m 2 en los que se han habilitado ocho salas para la colocación de los cables submarinos, con capacidad para 16 racks de telecomunicaciones cada una. También acoge un centro de control de la red (NOC, Network Operation Center) desde donde se monitorizarán los cables de forma permanente (24h/7días) para que no se produzcan incidencias y garantizar su seguridad. Cabe decir que el nuevo puerto digital se ha diseñado para ofrecer adecuadamente los requisitos de Tier 4 (máxima certificación de redundancia), así como cuatro accesos distintos a las principales infraestructuras de telecomunicaciones de la ciudad.
Por otro lado, las instalaciones cuentan con una sala para data center de 380 m2 con capacidad para acoger 160 racks para conectar sistemas informáticos de grandes operadores de Internet. Desde aquí se interconectarán los sistemas submarinos con los proveedores de backhaul (redes de retorno) y redes de fibra.
Barcelona CLS ofrece un conjunto completo de servicios a operadores de cable submarino que incluyen permiso de aterrizaje, cámara de registro de playa (beach manhole), rutas terrestres, estación de aterrizaje y redes protegidas en los principales centros de datos y rutas de fibra óptica. Además, está preparada para albergar equipamiento de telecomunicaciones hasta 1MWatt de potencia eléctrica.
Las instalaciones cumplen con todos los estándares de seguridad, así como de eficiencia energética. En la construcción de Barcelona CLS se han tenido muy en cuenta medidas de eficiencia energética y sostenibilidad, como por ejemplo la instalación de 194 placas solares fotovoltaicas en dos zonas de la cubierta (que aportarán anualmente 1.07GWh de potencia), un sistema freecooling que aprovecha la temperatura externa para ser más eficiente energéticamente o la detección temprana de incendios, cuyo sistema funciona con agua nebulizada (totalmente inocuo para las personas y sostenible porque evita otros métodos con gases contaminantes).