Este consiste en la creación de un estándar común de APIs que posibilite que las apps que sean desarrolladas por diversas empresas o entidades, como la Comunidad de Madrid, el Gobierno de España o los propios emprendedores, sean plenamente compatibles entre sí. No será una única app la que permita el seguimiento, sino que serán muchas las que se basen en las APIs compatibles de Android e iOS. De esta manera se consigue que el “Seguimiento Inteligente de Contactos” funcione sea cual sea la App que use tu móvil.
Ya el 27 de marzo el CCII propuso al Gobierno de España avanzar en esta línea. Ahora, pone a disposición de las empresas interesadas en el desarrollo de este tipo de aplicaciones, su experiencia y conocimiento para asegurar que la parte técnica cumpla con las garantías técnicas de funcionamiento. Además, el Consejo, entidad pionera en aprobar un código ético y deontológico puede garantizar que estas aplicaciones cumplan con los estándares éticos, respetando la privacidad de los usuarios.
Cuestión de ética
La población en general suele tener bastante desconfianza con las aplicaciones oficiales respecto al uso que le puedan dar a sus datos personales. Esto se contradice con que muchos usuarios instalan aplicaciones y les otorgan permisos sin leer los términos de uso o la política de privacidad.
“Al igual que pasó con el uso de datos por el INE, debemos de confiar en las administraciones y, especialmente, en situaciones como la presente, donde la propia AEPD informa de que la protección de datos no debe de usarse como una limitación para combatir la enfermedad, lo que no quiere decir sin embargo que estas aplicaciones se tengan porqué saltar ningún límite” afirma Fernando Suárez, presidente del CCII.
Por todo esto podríamos decir que es necesario un código ético, universal y público que clarifique qué se puede hacer, quién lo puede hacer y en qué casos y además, que una entidad como CCII en representación de la Ingeniería Informática, una asociación sin intereses particulares ni económicos, pueda velar por el cumplimiento de ese código ético, de modo que pueda denunciar públicamente aquellas conductas que van contra el mismo, al igual que emitir un sello de cumplimiento para las entidades que se esfuerzan en su cumplimiento.