A poco más de una semana de la aplicación efectiva del Reglamento de Protección de Datos (GDPR), el 85% de las empresas en Europa y Estados Unidos no estará adaptada a tiempo. Además, una de cada cuatro tampoco habrá completado su adecuación para finales de año. Estos datos se desprenden del informe Seizing the GDPR Advantage: From mandate to high-value opportunity, elaborado por Capgemini a través de su Instituto de Transformación Digital. Para la realización del estudio se encuestó a 1.000 directivos y 6.000 consumidores de ocho países (Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos, Suecia y España) con el objetivo de analizar su actitud hacia el GDPR, su nivel de adaptación y las oportunidades ven en torno a él.
Carrera contrarreloj
A las puertas del 25 de mayo, fecha en que el GDPR comenzará a ser aplicable, Europa arroja una foto dispar entre los países en lo que se refiere al nivel de adaptación a la nueva normativa. Las empresas británicas son las más avanzadas, a pesar de que solo el 55% declara que estará totalmente adaptado, o lo estará en su mayor parte, para esta fecha. Las siguen de cerca las empresas españolas (el 54% afirma estar preparado totalmente o en gran medida), las alemanas (51%) y las holandesas (51%). Las más rezagas en su adaptación son las firmas suecas (33%).
El estudio también señala que buena parte de las empresas estarían pasando por alto la oportunidad que ofrece el GDPR para su negocio. Y es que un 31% de las empresas afirma que la finalidad de su programa de adaptación es cumplir la normativa más que conseguir una ventaja competitiva. Por otro lado, aunque las organizaciones que no cumplan con el nuevo reglamento se exponen a multas de hasta el 4% de su facturación anual, cerca del 19% asegura que la adaptación al GDPR no es una prioridad para ellas.
Una oportunidad perdida de mejorar los resultados
El estudio sugiere que las empresas que se han preparado con tiempo y que han invertido en materia de cumplimiento normativo y transparencia de datos con sus clientes, están empezando a recoger los frutos de este esfuerzo. Esto se deduce porque, de aquellos consumidores que declaran estar convencidos de que las organizaciones protegen sus datos personales, el 39% afirma que ha adquirido más productos e incrementado el gasto en esas empresas en cuestión. El aumento del gasto es significativo: llega al 24%. Asimismo, el 40% afirma haber incrementado la frecuencia de las compras, ya sea en mayor número de compras esporádicas o de manera regular. Pero las ventajas van más allá de un mayor gasto del consumidor: el 49% afirma que ha compartido su experiencia positiva con amigos y familiares, lo que contribuye a un aumento de la reputación de la empresa entre consumidores potenciales.
Rupert Bedell, director de Marketing de Unum, empresa líder en el sector de los seguros en EEUU y el Reino Unido, explica así los beneficios del GDPR: “Animará a los departamentos de marketing a hablar con las personas sobre lo que de verdad necesitan y no solo para proponerles algo que quizás pudieran necesitar. En lugar de promover productos indiscriminadamente utilizando datos sin ninguna cohesión, podemos gestionar datos de una forma inteligente para crear experiencias extraordinarias justo cuando más necesaria es la ayuda para el cliente.”
Individuos con capacidad de decisión
El GDPR empodera a los consumidores en lo que se refiere a sus decisiones sobre sus propios datos personales. En toda Europa, el 57% de los encuestadas afirma que emprenderán acciones contra cualquier organización de la que sepan que no está protegiendo adecuadamente sus datos personales. De este porcentaje, más del 70% tomará decisiones como reducir su gasto (71%), dejar de contratar con esas empresas (71%) o compartir sus experiencias negativas con familiares y amigos (73%).
Para contrarrestar estas actitudes, el informe subraya que las empresas deben saber reconocer cuál es el nivel de confianza que sus clientes depositan en ellas. Ahora mismo, no sucede así: ocho de cada diez afirman que los clientes confían en la protección de la privacidad y la seguridad de datos que su organización ofrece, pero solo el 52% de los consumidores así lo considera. Además, casi tres cuartas partes (71%) de los directivos cree que los consumidores no tomarían ninguna medida significativa en caso de incidencias respecto a la normativa, como el llegar a solicitar la eliminación de sus datos. Esta distinta percepción ilustra que las empresas están perdiendo la posibilidad de mejorar sus beneficios y de que solo el 11% está abordando su adaptación al GDPR con el foco puesto en las necesidades de los clientes.
Preparación de las empresas españolas
Las empresas españolas son las segundas más preparadas para el RGPD en Europa: el 54% señala que está adaptado a la normativa completamente o en gran medida. A la cabeza de la clasificación en Europa se sitúan las empresas de Reino Unido, donde el 55% afirma estar preparado. Por detrás se colocan Países Bajos y Alemania (ambos, 51%) e Italia (48%). Cierran la lista Francia y Suecia (41% y 32%, respectivamente).
El estudio pone de relieve la importancia de que las empresas sepan reconocer cuál es el nivel de confianza que depositan en ellas los consumidores con respecto a sus políticas de privacidad y seguridad de datos. Esta observación llega porque a nivel global, el 80% de los directivos cree que el consumidor confía en la política de datos de su organización, pero solo el 52% de consumidores así lo afirma. Claramente, las empresas están sobreestimando (en 28 pp) la confianza del consumidor.
En España, un 79% de los directivos consultados considera que el consumidor confía en la política de datos de su organización —en línea con el promedio global—, mientras un 62% de los consumidores así lo considera. La diferencia perceptiva en España (17pp) es la más reducida entre los países analizados. En relación a la actitud de los consumidores, los españoles son los que más confían en las prácticas de gestión de datos de las empresas, muy similar a la confianza expresada por los italianos (61%), por encima a la de suecos, británicos o franceses (alrededor del 52%) y lejos de la de alemanes (48%) y holandeses (46%).