¿Cómo puede afectar el cambio climático a los modelos y prácticas empresariales durante los próximos años? Puede parecer una pregunta demasiado abierta, pero se espera que las empresas respondan con mayor certeza impulsadas en parte, por normativas como las ya vigentes en el Reino Unido que exige a las compañías hacer pública su información financiera relacionada con el clima. Esta ley, que fomenta la divulgación de los datos financieros sobre el clima, aplica a más de 1.300 grandes compañías e instituciones financieras en el Reino Unido, siguiendo así las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD), presentadas por primera vez en la COP21 de las Naciones Unidas el año 2015.
Como estas medidas son obligatorias, conviene que las empresas las conozcan, en particular para esquivar las elevadas sanciones que pueden llegar a alcanzar los 50.000€. Su correcto cumplimiento dependerá en gran medida de la capacidad de cada empresa para tener confianza en sus datos, y aquí es donde surgen las dificultades porque muchas no tienen el tiempo ni los conocimientos para trabajarlos.
Desde un enfoque más cercano, cada vez son más los directivos en España que sitúan el compromiso medioambiental entre sus líneas de trabajo prioritarias. Según un recién estudio de MERCO en 2022, las empresas españolas han incrementado sus inversiones en acciones medioambientales del 0,95% al 1,60%. Siendo una realidad este paso hacia delante, los datos pueden facilitar aún más el camino, dando a conocer nuevos riesgos, pero también múltiples oportunidades alineadas con el medio ambiente.
Desde un enfoque más cercano, cada vez son más los directivos en España que sitúan el compromiso medioambiental entre sus líneas de trabajo prioritarias
Las claves para el correcto uso de los datos
Con este tipo de legislaciones y una mayor necesidad de dar prioridad a la sostenibilidad, existe una oportunidad real de poner en marcha nuevos procesos que permitan a las empresas liderar desde la vanguardia. Estas son algunas de las consideraciones que hay que tener en cuenta a la hora de extraer valor de los datos.
- Definición del uso. Las empresas deberán tener claro qué datos necesitan según cada caso. Por ejemplo, para elaborar informes o bien para establecer nuevos objetivos.
- Métodos de recopilación. Las organizaciones deben utilizar a su personal, sus procesos y su tecnología para integrar y clasificar los datos.
- Extracción de la información. Nos referimos a la parte clave para que los datos tengan sentido y no se queden en una mera hoja de cálculo. Para ello, las compañías deben pensar en la tecnología y la infraestructura necesarias para alcanzar sus metas.
- Formación del personal. Los responsables de interpretar los datos deben contar con las competencias adecuadas y no siempre es fácil, por lo que puede ser necesario invertir en su formación o en herramientas que faciliten su trabajo.
- Estructuras de gobernanza de datos. En plena evolución de las obligaciones legales, es fundamental contar con el adecuado sistema de gobernanza de datos para gestionarlos, almacenarlos y tratarlos correctamente.
La responsabilidad global para el cambio
Aunque la mencionada normativa del Reino Unido resulte ajena a nuestro contexto nacional, la crisis climática debe ser considerada por parte de todas las sociedades: los actores financieros de cada país deberían usar sus datos con el objetivo de reducir las emisiones y aportar su granito de arena. En Hitachi Vantara ya hemos empezado a mejorar la sostenibilidad de nuestra cadena de suministro. En nuestro centro de distribución logística de los Países Bajos habilitamos instalaciones que reutilizan el agua de lluvia. Nos fijamos en los datos e instalamos un sistema de control del consumo de agua. Soluciones como esta permiten ahorrar cerca de 500.000 litros de agua potable al año.
Al fin y al cabo, si todas las empresas quieren tener un impacto positivo en el planeta, deben empezar por desarrollar una estrategia que dé prioridad a ser más transparentes y a basarse más en los datos, considerándolos una herramienta indispensable que les permita analizar y medir su impacto medioambiental.