En el capítulo anterior hablamos de dos de las tres temporizaciones clásicas asociadas a la entrada y salida del grupo electrógeno, por lo que este nuevo lo centraremos casi exclusivamente en la tercera, es decir, en el tiempo que debe permanecer el grupo como fuente de energía una vez que la red exterior de suministro ha recuperado la tensión.
Para responder a esa pregunta existen diversas consideraciones a tener en cuenta:
El calentamiento de la máquina
Toda máquina tiene unas temperaturas de funcionamiento que se alcanzan transcurrido un cierto tiempo. Cualquier prueba que no la lleve hasta ese estado se perderá los sucesos asociados al mismo, entre otros, las distintas dilataciones que se puedan producir en los componentes del sistema.
El asentamiento de la red exterior
Los retornos de red no son precisamente situaciones de garantía, ya que las caídas sucesivas están a la orden del día cuando se dan las causas habituales que provocan la pérdida inicial. Por tanto, para poder afirmar que la red ya se encuentra estable, es recomendable un poco de paciencia. Dar orden de transferir a red inmediatamente después de recuperar la tensión por la vía principal, no suele ser una medida nada inteligente.