Por Kevin Leahy, vicepresidente sénior del Grupo de la Unidad de Negocio del Centro de Datos de Dimension Data.
Tendencia 1: la velocidad sobrepasa el coste
En el mundo actual de la alteración digital, cada empresa se ve a sí misma amenazada y, por tanto, la mayoría está tomando la decisión deliberada de elegir la velocidad sobre el coste. Esto se manifiesta en algunos cambios de comportamiento interesantes por parte de los líderes de TI empresariales.
En 2018, veremos cómo dejan de realizar extensos y exhaustivos análisis del coste total de propiedad al tomar decisiones sobre la tecnología en la que se debe invertir y, en su lugar, eligen la tecnología o la plataforma que pueden utilizar con mayor celeridad. Además, en su búsqueda por ofrecer la velocidad que el negocio necesita para impulsar la transformación digital, los líderes de TI intensificarán sus esfuerzos por identificar y eliminar los factores inhibidores de la velocidad.
¿Qué le frena?
De manera creciente, las organizaciones reconocerán el nivel de dependencia de sus redes para mantener la velocidad de la nube y buscarán formas de garantizar que sus redes puedan funcionar al mismo ritmo que sus entornos de cálculo y almacenamiento. El próximo año, también seremos testigos del aumento de las empresas que utilizan redes definidas por software y la virtualización de redes en toda la red, tanto en el centro de datos como en la conexión WAN híbrida y en las instalaciones, como parte de sus esfuerzos por transformar sus redes.
En 2018, será importante que las organizaciones identifiquen las tecnologías y plataformas que aportarán el resultado empresarial que necesitan a la velocidad requerida. Por ejemplo, en lugar de seguir implementando varios niveles de dispositivos de almacenamiento tradicionales, algunas empresas llegarán a la conclusión de que pueden avanzar de forma más rápida utilizando únicamente el almacenamiento flash. Muchas empresas buscarán invertir en tecnologías hiperconvergentes en su infraestructura local, ya que pueden proporcionar más agilidad y velocidad que la nube. Las organizaciones necesitarán tomar decisiones importantes sobre los modelos de aplicación que van a utilizar y seleccionar la infraestructura más apropiada para respaldarlos. También resultará clave decidir la estrategia correcta de colocación de la carga de trabajo.
Encontrar el equilibrio
Obviamente, todas estas decisiones se deben tomar teniendo en cuenta las limitaciones a las que está sujeta la organización. Por ejemplo, las empresas tendrán que considerar todas las normas y reglamentos que necesitan cumplir (sus propias políticas corporativas, normas industriales y leyes de privacidad de datos). Asimismo, deberán tener en cuenta la ubicación de sus usuarios. En última instancia, el reto de las organizaciones en 2018 será conseguir un equilibrio entre inversión, tecnología y normas de gobernanza, y su capacidad para ejecutarse a toda velocidad.
Tendencia 2: es fundamental el uso de herramientas que apoyen la innovación y la diferenciación
Las organizaciones que alcanzarán la supremacía digital en 2018 serán aquellas que saquen el máximo partido a nuevas herramientas que permitan a sus desarrolladores innovar y crear nuevas fuentes de diferenciación competitiva. Los desarrolladores necesitan el acceso a nuevas herramientas y la flexibilidad para crear nuevos modelos empresariales. Deben poder apoyar nuevos tipos de aplicaciones mediante el uso de herramientas actuales de implementación y desarrollo, especialmente en el área de la contenedorización.
Hemos visto algunos avances transformadores en el espacio de los contenedores en los últimos meses. Todos los principales proveedores han incorporado esta tecnología. Recientemente, VMware y Google anunciaron una colaboración para ofrecer un servicio Kubernetes a los clientes que poseen sus propios centros de datos. Cisco también ha entrado en este espacio con Contiv 1.0, una estructura de redes de contenedores de código abierto para implementaciones de contenedores heterogéneas en máquinas virtuales, máquinas desnudas y nubes públicas o privadas.
Estos avances tienen un impacto significativo en la interoperabilidad y portabilidad de las aplicaciones. Ahora, los desarrolladores pueden utilizar contenedores para desarrollar aplicaciones y moverlas al entorno de producción en todos los entornos que conforman sus infraestructuras híbridas.
Teniendo en cuenta el ritmo de innovación de los contenedores, preveo que las organizaciones que actúen enérgicamente para incorporar estas herramientas y ponerlas a disposición de sus equipos de desarrollo el próximo año serán las grandes beneficiadas, mientras que aquellas que no reaccionen verán mermada su ventaja competitiva.
Aprovechar la evolución de SaaS para poder centrarse en su factor diferenciador
De manera creciente, veremos cómo las organizaciones que aceleran con éxito su transformación digital se centran en el uso de SaaS para procesos no diferenciadores, lo que les permitirá aprovechar la ventaja de la continua revolución de SaaS de la industria, así como las economías de escala y la normalización que estos productos les proporcionan.
El uso de SaaS para garantizar que sus áreas de enfoque no central funcionen de forma óptima permitirá que la organización centre sus recursos en la creación y en el desarrollo de su capacidad diferenciadora en otros ámbitos como, por ejemplo, en sus entornos de fabricación o de gestión de las relaciones con los clientes (CRM, por sus siglas en inglés), o en el desarrollo de aplicaciones personalizadas orientadas al cliente.
Tendencia 3: el aumento de la economía de las API
Las empresas están reconociendo cada vez más la importancia de las API para permitirles desarrollar servicios y aplicaciones de generación de ingresos. Esta evolución ha sido bautizada como «el aumento de la economía de las API».
En 2018, pronostico que las organizaciones empezarán a darse cuenta de lo inteligente que resulta normalizar un conjunto de API. Veremos cómo los responsables de la toma de decisiones de TI dejan de evaluar herramientas, tecnologías y servicios basándose meramente en sus características y en las funciones que ofrecen. Ahora, las primeras preguntas que plantearán serán: «Hábleme de las API. ¿Qué funciones me permitirán ejecutar? ¿Qué nivel de estabilidad y seguridad ofrecen, y con qué grado de consistencia puedo utilizarlas? Y, por último, ¿puedo aplicarlas en una gran parte de mi infraestructura?». De hecho, en muchos casos, las organizaciones seleccionarán su infraestructura hiperconvergente en función de la disponibilidad y madurez de la API, y de la facilidad con la que permite que la organización implemente los procesos que necesita el negocio, en lugar del rendimiento —las organizaciones contemplan cada vez más la idea de aprovechar la naturaleza basada en software de estos entornos—.
Todo gira en torno a la extracción
El próximo año, las empresas deberán asumir el desafío de mantener el ritmo de cambio de las API y garantizar que pueden invertir en la programación que conllevan para alcanzar los resultados empresariales que pretenden.
El tipo y el número de API que las organizaciones seleccionen dependerá de diversos factores, incluida la medida en la que desean o necesitan extraer las tecnologías subyacentes. Por ejemplo, pensemos en el proceso de gestión de varias nubes: si solo utiliza una o dos nubes, como Microsoft Azure y AWS, normalmente escribirá código de forma nativa en las API de esas nubes. En cambio, si utiliza seis o siete nubes, porque eso le permitirá alcanzar su resultado empresarial, es probable que prefiera escribir código en las API de una herramienta de gestión de nubes.
La herramienta de gestión de nubes extraerá eficientemente todas las nubes subyacentes, por lo que podrá interactuar simplemente con la API de la herramienta, no con las de las nubes individuales.
Tendencia 4: cambio de enfoque de las tecnologías a las arquitecturas de servicios
Existe una clara aceptación en la industria de que la TI híbrida es el modelo del futuro, pero la TI híbrida tiene unas implicaciones arquitectónicas significativas que las organizaciones deberán abordar el próximo año.
En la última década, los equipos de TI han centrado una gran parte de sus energías en la integración de la tecnología y, durante este período, se produjo un fuerte impulso hacia la normalización de las tecnologías para que este objetivo resultara más viable. La aparición de la TI híbrida ha cambiado el paradigma: el dominio de la TI híbrida requiere que no se centre únicamente en la integración de la tecnología, sino también en la integración de los servicios. Sin embargo, las arquitecturas existentes de la mayoría de las organizaciones no se desarrollaron teniendo en cuenta esta cuestión.
En 2018, además de invertir en las API adecuadas para permitir la extracción, las empresas deberán reconsiderar sus arquitecturas y garantizar que son adecuadas para sus objetivos y están adaptadas al futuro.
En la actualidad, la mayoría de nuestras interacciones con los clientes están relacionadas con la arquitectura; nuestra tarea consiste en ayudarlos a acometer la integración de los servicios que se deben prestar de forma consistente en un entorno de TI híbrida.
Composición de los servicios
Lo realmente importante en este punto es determinar los servicios que deben coordinarse entre sí y cómo deben trabajar de forma conjunta para alcanzar el resultado empresarial y una experiencia de usuario positiva.
Si intenta aunar los diferentes componentes de los servicios sin implementar primeramente la arquitectura adecuada, se arriesga a ofrecer una experiencia de usuario deficiente e inconsistente. Asimismo, a medida que los servicios se vuelvan más complejos, se limitará su capacidad para aumentarlos y ofrecerlos con calidad.
Tendencia 5: impulsar la gestión del valor empresarial de los datos
En 2018, se pondrá un énfasis intensificado en aprovechar el valor de los datos y en garantizar que se pongan a disposición de las personas que los necesiten, cuando los necesiten, lo que se considera una verdadera visión de TI centrada en los datos. Históricamente, los equipos de TI se han centrado en la gestión del coste de los datos de una organización. Para ello, movían los datos de un nivel de almacenamiento a otro. A medida que disminuía el valor de determinados conjuntos de datos o la necesidad de acceder a ellos, migraban progresivamente a niveles de almacenamiento con un menor coste.
Actualmente, existen dos fuerzas que impulsan un cambio de enfoque del coste al valor:
En primer lugar, la aparición del almacenamiento flash significa que disminuye la necesidad de que las organizaciones se preocupen por diferentes niveles y tipos de almacenamiento. Asimismo, ahora puede diseñar los datos de modo que dicho coste no resulte un problema adoptando una opción de almacenamiento flash que acelere su empresa. Lo que resulta más importante es el hecho de que, a medida que las organizaciones se transforman en un negocio digital, el papel de los datos adquiere más relevancia. Ahora, el énfasis está puesto en encontrar un nuevo valor en sus datos y en poder aprovechar el valor de dichos datos de forma más rápida, lo que lleva a plantearse preguntas sobre dónde deben ubicarse los datos para aprovechar ese valor y el tipo de análisis que se debe realizar.
Un buen ejemplo es el Tour de Francia de este año: nuestra plataforma de análisis de datos incorporó el aprendizaje automático y algoritmos complejos que combinan datos de carreras históricos y en tiempo real con el fin de proporcionar niveles más profundos de información durante los 23 días que dura este acontecimiento. Asimismo, la afición pudo obtener más información sobre los entornos y las circunstancias en los que los ciclistas rinden mejor.
Este es un buen ejemplo de cómo el Internet de las Cosas permite que las organizaciones encuentren nuevas fuentes de datos y aprovechen el nuevo valor de las mismas.
Tendencia 6: infraestructura programable ubicua
En los últimos años, la atención de los desarrolladores se ha centrado en el nivel de requisitos informáticos que anticiparon que serían necesarios. Y, solo después de que se desarrollara la aplicación, pudieron abordarse las consideraciones de seguridad y de redes. Asimismo, las aplicaciones se ejecutaban en una infraestructura inflexible creada a un elevado coste para soportar la carga máxima con todos los servicios de seguridad y redes aplicados de forma simultánea.
Todo eso ha cambiado con la mayor adopción de una infraestructura definida por software que puede programarse para convertirse en un elemento de soporte de las aplicaciones más integral. Los servicios de seguridad y redes que le permiten migrar y proteger sus datos pueden facilitarse para proporcionar seguridad y conectividad por encargo a medida que se adaptan las aplicaciones en función de los cambios en las necesidades empresariales. De este modo, la infraestructura se convierte en una entidad «viva y activa» que permite que el concepto de negocio digital se vuelva una realidad.
Abordar las redes y la seguridad en la fase de desarrollo
Gracias a la aparición de la infraestructura del centro de datos programable, en 2018 veremos cómo aumenta el número de organizaciones que contemplan los requisitos de seguridad y redes en la fase de desarrollo, y que programan sus aplicaciones para sacar partido a la infraestructura definida por software.
La tecnología permitirá que las organizaciones cuestionen el statu quo de su infraestructura y reconsideren principios básicos haciendo uso de la flexibilidad, la programabilidad y la infraestructura definida por software como piedras angulares. Esta transformación tecnológica podría utilizarse como un recurso para desbloquear la transformación operativa y, en algunos casos, la transformación financiera a través de la aparición de modelos de consumo de TI.