Hacer más sostenibles los centros de datos sigue siendo un gran reto. No obstante, hiperescalares y empresas de colocation, junto con puntos neutros y proveedores de infraestructura y soluciones para estos entornos, ya se han puesto manos a la obra. Pero, aunque hay iniciativas en danza y se han anunciado a bombo y platillo… ¿son suficientes?, ¿de verdad están logrando reducir su impacto medioambiental o es propaganda?
Contexto crítico: guerra de Ucrania
Para debatir esta cuestión hay que tener en cuenta un acontecimiento histórico que impacta de lleno en el consumo energético mundial: la guerra de Ucrania. Y es que, la invasión rusa ha provocado una crisis energética global provocando la subida de precios tanto del gas natural, como del petróleo y el carbón. Este hecho, en contrapartida, ha puesto de manifiesto la fragilidad e insostenibilidad del actual sistema y ha traído consigo respuestas políticas encaminadas a impulsar la inversión en energías limpias hasta superar los 2 billones de dólares en 2030. Así pues, a los argumentos medioambientales a favor de las energías limpias se suman ahora los argumentos económicos…
Hacer frente al crecimiento desorbitado de datos
Con la crisis energética de fondo, la tarea de hacer más sostenibles los data center se antoja urgente, pero lograr esta meta no es moco de pavo. Cada año volvemos a repetir los volúmenes reales de carbono que las operaciones de estas instalaciones liberan a la atmósfera y el desorbitante consumo energético que tienen y que no para de aumentar como consecuencia del crecimiento exponencial de los datos. Sobre este último punto se estima que en 2025 la cantidad de datos globales aumente a más de 180 zettabytes, 5.300 millones de personas tendrán acceso a Internet y, aproximadamente, 29.300 millones de dispositivos estarán conectados con velocidades de hasta 110 Mbps para este 2023. A ello hay que sumar el tráfico de datos móviles, que se cuadruplicará en 2027 y aunque se espera que las redes 5G sean más eficientes energéticamente que su generación predecesora, la evolución de su impacto todavía no está confirmada.
Alta demanda de electricidad
Mientras tanto, los centros de datos, como columna vertebral de Internet, continúan creciendo y consumiendo energía y otro gran recurso: agua. De acuerdo con los últimos informes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) las TIC consumen alrededor del 5-9% de la electricidad producido en el mundo. Además, en la Unión Europea los data center son responsables, por sí solos, del 2,7% de la demanda de electricidad y se espera que su consumo se eleve en un 3,21% si el desarrollo continúa en la trayectoria actual, tal y como informa la Comisión Europea.
Si miramos al gigante asiático, las perspectivas asustan. Según el informe del State Grid Energy Research Institute de Chinaen 2030, el consumo de electricidad del sector de centros de datos en el país superará los 400.000 millones de kWh, lo que representará el 3,7 % del consumo total de electricidad del país. Pero el problema, no solo es el consumo de energía, sino también de dónde procede, ya que en el caso de China el 73 % de estos CPD funcionan con fuentes de energía procedentes del carbón, lo que hace que sean una fuente muy importante de emisión de gases de efecto invernadero y que contribuyan a la contaminación del aire.
Emisión de gases de efecto invernadero
En este sentido, la AIE reconoce que los centros de datos y las redes de transmisión de datos son responsables de casi el 1% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía a nivel mundial. En los últimos años, el carbono se ha convertido en un indicador de riesgo, y se espera que los informes de GEI se sometan a un mayor escrutinio debido al creciente enfoque gubernamental. Pronto será insostenible para las empresas mantenerse al margen de la conversación ESG (Environmental, Social y Governance, un conjunto de criterios ambientales, sociales y de gobernanza que se integran en la estrategia empresarial de las compañías y son tenidos en cuenta por los inversores a la hora de realizar inversiones sostenibles).
Este artículo es un extracto de un artículo mucho más completo que puedes consultar aquí