La digitalización se ha impuesto en la Administración Pública española. Ha tenido que producirse una pandemia mundial para que así fuera. Proyectos en ciernes había muchos, pero las trabas burocráticas, la congelación de presupuestos y los obstáculos culturales frenaban su implementación.
Con la aparición de la Covid-19 no ha quedado otra alternativa que transformarse para seguir operando con regularidad. Además, esta situación ha colocado a las TIC en el lugar que se merecen, demostrando su potencial y su esencialidad. Sin embargo, el proceso no ha sido fácil. Ha supuesto muchas horas de dedicación y esfuerzo de muchos profesionales para que los sistemas siguieran funcionando de manera eficiente. Y lo han hecho poniendo de manifiesto que el teletrabajo es factible y que las herramientas tecnológicas ya estaban preparadas para usarse. Solo había que ponerse manos a la obra.