Los CPD en contenedores no son algo nuevo. Empezaron a usarse para su instalación en barcos, en lugares remotos o con una orografía adversa, e incluso en países con poca infraestructura tecnológica. No obstante, este modelo empieza a tener cada vez más aceptación en clientes de cualquier sector, en el día a día de las empresas que están sacando partido a las grandes ventajas que ofrecen los centros de datos prefabricados como son su flexibilidad, escalabilidad, eficiencia energética y, sobre todo, unos tiempos de ejecución y plazos de entrega mucho más cortos.
Data Center Market ha organizado un encuentro bajo el epígrafe de “El auge de los centros de datos prefabricados” donde analiza este mercado de los CPD con la colaboración de Adam Datacenter, Emerson y Rittal.
Las empresas que necesitan un CPD con inmediatez piensan en estos data centers porque su timing de implantación es de tres a seis meses, “mientras que cuando hablamos de un data center tradicional manejamos períodos de más de un año. Sin olvidar que estos CPD ya vienen testados y avalados desde su creación en la casa del propio fabricante, lo que aporta una garantía de fiabilidad desde su origen además de acortar sensiblemente los tiempos de implantación”, tal y como reconoce Daniel Trocho, IT & DC Sales Support de Rittal.
En España ya hay algunos casos de éxito de este tipo de centros de datos, Adam Datacenter tiene un centro de datos en Navalcarnero, Madrid, donde aloja CPD prefabricados –Adam DataBOX– aunque también implanta data centers en containers para clientes en la ubicación que ellos determinen, hace unos meses instaló uno para la Junta de Extremadura en un proyecto pilotado por Computaex y en colaboración con Fujitsu. Schneider Electric montó un microdata center para la Basílica de la Sagrada Familia, Barcelona, mientras realizaban las obras de actualización de su CPD. Rittal apunta la industria como un sector que empieza a demandar con fuerza estos centros de datos, incidiendo en la industria automovilística: “instalan un CPD en una zona de su propia planta de producción para extraer todos los beneficios que aporta la infraestructura TI in situ”, indica Daniel Trocho. Por su parte, Enrique Jaureguialzo, Consultants Development Manager de Emerson Network Power, nos recuerda el caso de T-Systems que abrió hace un par de años un centro de datos “en Cerdanyola del Vallès, Barcelona, dispuesto de modo que se crece modularmente con CPD prefabricados a medida que los clientes demandan más espacio donde alojar su infraestructura o contratan nuevos servicios”.
Aun así, todavía queda bastante camino por allanar, pese a que el mercado está mostrando interés por estos centros de datos, “falta concienciar al cliente de que un data center prefabricado tiene las mismas prestaciones que uno convencional. Superar este reto es clave porque la barrera cultural es real, ese miedo al cambio y a lo nuevo, y esa teoría de pensar que si funciona algo para qué cambiarlo impera mucho en nuestro país, lo que nos obliga a seguir evangelizando y dando a conocer las características de estas instalaciones”, apunta Alfonso Pascual, Ejecutivo de Cuentas de la Zona Centro de Adam Datacenter. Sin embargo, las expectativas de crecimiento de este negocio son muy elevadas.