Ha pasado prácticamente un año de la reconversión de Emerald en ISG. ¿Qué cambios ha supuesto para la compañía?
El cambio ha sido radical, inesperado, increíble… Desde el año 2014 éramos propiedad de ISG, pero por motivos de marketing se aplazó el rebranding hasta 2018. Siendo Emerald empresa propiedad del Grupo, parece que nadie lo apreciara en el mercado y, en cuanto se produjo el cambio de nombre a ISG, recibimos todo el reconocimiento y las nuevas oportunidades llegaron de golpe. El apoyo interno de toda la estructura también ha mejorado, hemos crecido en control, en procedimientos, en seguridad y, sobre todo, en cuidado del cliente. ISG busca una relación de continuidad basada en la atención y el servicio.
¿En qué medida los clientes se han visto impactados por este cambio?
Estamos accediendo a nuevas oportunidades que, para bien o para mal se construyen en España pero se deciden muy lejos de aquí. Nos encontramos situaciones cómicas en las que hablamos con algunos clientes de sus planes de futuro y nos damos cuenta de que conocemos dichos planes tan bien como ellos y, en ocasiones, hasta tenemos nosotros las últimas noticias antes de que ellos las reciban. Se están afianzando las relaciones con varios clientes internacionales, ahora, nuestra aproximación al proyecto no sólo es técnica, también agregamos valor estratégico, estudiamos llaves en mano pudiendo asumir en algunos casos hasta la financiación del proyecto y el cobro por servicios y en los proyectos de corte más tradicional, aportamos todo el conocimiento de nuestra experiencia internacional al estar participando en el diseño y la construcción de algunos de los data center más grandes de Europa y referentes a nivel mundial.
¿Qué atributos destacaría de ISG en su nueva etapa para abordar el centro de datos?
Hemos crecido mucho en estos últimos meses, tanto en tamaño como en capacidad económica. Hemos superado en este año los 120 empleados, incrementando muy significativamente nuestras capacidades técnicas y, con los medios financieros del grupo a nuestra disposición, ningún proyecto ha sido rechazado por motivos económicos. Podremos sentirnos más o menos cercanos al proyecto y podremos confiar más o menos en su desarrollo, pero nunca se nos va a dejar fuera de una licitación o del estudio de un proyecto por motivos económicos. Pretendemos volver a ser el referente de la construcción tecnológica en España y poder participar activamente en la construcción de los proyectos más ambiciosos y más relevantes.
¿Qué puede esperar el mercado de ISG en los próximos meses?
La respuesta rápida y fácil sería “se van a hartar de oír hablar de nosotros”, pero hablando con seriedad, nuestra propuesta es a mucho más largo plazo. Los próximos meses fueron decididos hace tiempo, nuestro posicionamiento es de cara a los próximos años. Pretendemos ser un actor principal en el mercado. Tenemos tanto conocimiento como el que más y estamos dispuestos a compartir ese know how aplicándolo a todos los proyectos en los que participemos. Vamos a conseguir que este país deje de estar a remolque en soluciones tecnológicas y pueda convertirse en una locomotora. Nuestra fuerza motriz debe apoyarse en nuestra situación geoestratégica para atraer por influencia a los principales actores del ámbito internacional. Por suerte para nosotros, muchos clientes ya conocen la existencia de ISG en Iberia y hemos venido para quedarnos.
