Un grupo de 40 empresarios y técnicos de telecomunicaciones de Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia se han reunido para analizar el uso de tecnología para enterrar las redes de fibra óptica, una alternativa a la actual que pasa por instalar en las fachadas de las edificaciones las redes de fibra. Se estudia así crear canalizaciones subterráneas con un mínimo de obra y, por tanto, sin impacto sobre la población y sin afección a infraestructuras esenciales tales como vías de tren o autopistas.
La Asociación Nacional de Operadores Locales de Telecomunicaciones (Aotec) ha colaborado con la organización de esta jornada, que se ha celebrado en la localidad albaceteña de Almansa y en la que el especialista Vermeer ha realizado una demostración de cómo crear infraestructuras subterráneas en dos entornos diferentes, el casco urbano y una carretera. El presidente y CEO de la compañía norteamericana, Jason Andringa, y el presidente de Aotec, Servando Sánchez Calero, han estado presentes.
Así, se ha utilizado una perforadora horizontal para crear una pequeña canalización bajo una carretera en la que se ha colocado un tubo especial donde irá alojado el cable de fibra óptica. Vías de tren, autopistas, carreteras, etc. infraestructuras existentes y vitales, pueden ser atravesadas por la fibra óptica mediante estas conducciones sin que suponga alteración alguna de las mismas. Además, de esta forma el operador local puede diseñar la conexión de su red de la forma más eficiente.
La evolución tecnológica de los últimos años en maquinaria especializada ha hecho que, en la actualidad, el operador local de telecomunicaciones disponga de diversas opciones económicamente viables para tender su red de fibra óptica y salvar obstáculos que en otras épocas fueron un impedimento para llevar la banda ancha a muchas localidades.
Por otra parte, los empresarios han evaluado las posibilidades que ofrece la maquinaria de microzanja, orientada a la implantación de redes subterráneas en las zonas de nueva construcción e incluso para la progresiva desaparición del cable aéreo en aquellos cascos urbanos donde sea posible crear la infraestructura.
Se ha utilizado creado una microzanja en una de las calles del casco urbano, una abertura de apenas unos centímetros de ancho en la vía pública pero con una profundidad de hasta 60 centímetros por la que irá el cable de fibra debidamente protegido y al que se accederá desde puntos de registro.
La creación de una infraestructura subterránea siempre está precedida por la comprobación del subsuelo mediante escáner, con el fin de garantizar que no se afecta a ninguna instalación preexistente, contrastando así la información recogida por los mapas de planeamiento facilitados por el Ayuntamiento.
