Siguen las compras en el sector tecnológico, y más específicamente en la industria de los procesadores. Esta vez ha sido el fabricante de chips Broadcom, denominado anteriormente Avago y con sede en Singapur, el que ha anunciado la compra de Brocade, especialista estadounidense en sistemas de almacenamiento de la información, por 5.500 millones de dólares que pagará en efectivo, según ha informado Reuters.
La oferta por acción de 12,75 dólares representa una prima de casi el 50% en comparación con el precio de los títulos de Brocade al cierre del viernes. No obstante, desde el lunes, cuando empezaron a circular las primeras informaciones sobre la operación, el valor de la empresa ya había subido un 30%.
Broadcom comercializa chips de conectividad, mientras que la californiana Brocade fabrica sistemas de almacenamiento y de redes con su propia marca y también produce para terceras compañías como Hewlett Packard Enterprise, Intel o Cisco. Broadcom tiene intención de integrar los productos de red de fibra y almacenamiento de datos y vender el negocio de redes IP de Brocade, que es el encargado de fabricar controladores y puntos de acceso que ayudan a ofrecer internet de alta velocidad a sus clientes.
Precisamente, Brocade integró ese negocio de redes IP que Broadcom ahora quiere vender cuando compró Ruckus Wireless a principios de este año. Se trata de una unidad de negocio que generó ingresos por valor de 209 millones de dólares en el tercer trimestre. Los analistas consideran que las dos compañías se complementan.
El último gran acuerdo alcanzado en el mundo de los chips fue protagonizado hace una semana por Qualcomm y NXP Semiconductors. La primera cerró la compra de NXP Semiconductors por 37.000 millones de dólares. El objetivo de Qualcomm era llevar su predominio en el ámbito de los microprocesadores para teléfonos móviles, un mercado que muestra signos de agotamiento, al automóvil.
Anteriormente, en julio, el grupo japonés SoftBank compró la británica ARM Holdings, una de las firmas más punteras en el terreno de los procesadores para móviles. Aquella operación ascendió a 29.000 millones de euros.