El Centro de Terremotos del Sur de California (conocido como SCEC, del inglés Southern California Earthquake Center), recurre al poder de las supercomputadoras para simular por qué y cómo ocurren los terremotos, evaluar sus efectos y ayudar a las sociedades a prepararse, sobrevivir y recuperarse de estas catástrofes.
Con sede en la Universidad del Sur de California, coordina la investigación sobre estos procesos utilizando precisamente el Sur de California como su principal laboratorio natural. Además, apoya la investigación básica y la educación en sismología, geodesia tectónica, geología sísmica y ciencia computacional.
“Estudiamos los terremotos: por qué ocurren, cómo ocurren y qué tipo de impacto tienen”, señala Christine Goulet, Ph.D., directora ejecutiva de ciencias aplicadas en SCEC. “No podemos predecir terremotos en este momento, pero podemos prepararnos mejor si sabemos qué esperar”.
Y cuando se trata de terremotos, mejores predicciones equivalen a vidas salvadas, y eso es lo que realmente importa.
Frontera, la veloz supercomputadora académica del TACC
Con ese fin, el organismo emplea la supercomputadora Frontera del Texas Advanced Computing Center (TACC) para crear modelos dinámicos de procesos sísmicos. Gracias a este trabajo, la institución ha optimizado la previsibilidad de los modelos y la simulación de este tipo de fenómenos.
Dell Technologies proporcionó el equipamiento informático principal para Frontera, basado en servidores Dell EMC PowerEdge C6420. En concreto, el sistema cuenta con más de 8.000 nodos de dos sockets, más de 16.000 procesadores escalables Intel Xeon y 448.448 núcleos. Frontera también incorpora varias innovaciones técnicas, incluida la memoria Intel Optane DC para algunos nodos, refrigeración líquida de contacto directo de alta densidad CoolIT Systems y una interconexión Mellanox InfiniBand HDR y HDR-100 de alto rendimiento.
Impulsada por un premio de 60 millones de dólares de la National Science Foundation (NSF), este superordenador debutó en la lista TOP500 en junio de 2019 como la supercomputadora académica más rápida del país y el quinto sistema informático de alto rendimiento más poderoso del mundo, con una calificación de rendimiento máxima de 38,7 petaFLOPS. Actualmente es el décimo superordenador más poderoso del mundo, aunque sigue siendo el más veloz en una universidad.