Crece el interés por la denominada “hybrid cloud”, la nube híbrida, tal y como demuestra el propio barómetro de Google Trends, capaz de anticipar en ocasiones pinceladas del nuevo mañana digital.
Su curva gráfica de interés no cesa de crecer desde principios de 2010. No en vano, Gartner, la consultora internacional de investigación TIC, incluyó a la nube híbrida como una de las 10 principales tendencias tecnológicas ya en 2014. Pero… ¿qué es la hybrid cloud?
Se trata de la apuesta por combinar un centro de datos (nube privada con infraestructura privada protegida por un buen dispositivo de ciberseguridad de la empresa) con la nube pública de un proveedor comercial como puede ser Amazon por citar un ejemplo. Los datos viajan entre nubes según las necesidades de la empresa a través de una conexión cifrada.
La principal ventaja que provee hybrid cloud es que aglutina la seguridad de lo privado con la agilidad y flexibilidad de lo público. Sin embargo, más allá de los beneficios de la sinergia entre ambas nubes, también se plantean ciertos interrogantes.
La conectividad, de acuerdo con un reciente sondeo de IDG, supone el principal problema a la hora de descartar la adopción de este sistema por parte de las compañías. Su ubicación es una decisión importante en la medida en que es necesario alcanzar la mayor conectividad posible entre ambas nubes y los centros de datos. Internet siempre es una opción a pesar de sus problemas de latencia, rendimiento y seguridad.
De acuerdo con Interxion, empresa europea especialista en centros de datos independientes para el alojamiento de equipos TIC, alojar la propia estructura en el mismo centro de datos en el que se ubican los puntos de acceso a las plataformas de cloud pública, resolverá los problemas de conectividad y permitirá construir una solución de infraestructura TI eficiente.