El sector de los data centers está viviendo un crecimiento notorio en nuestro país. España es uno de los enclaves más atractivos para los inversores de esta industria y destaca ya como el principal hub de interconexión del sur de Europa. Su posición geográfica privilegiada, los altos niveles de interconexión gracias a la red de fibra óptica y a los 33 cables submarinos que llegan a nuestras costas, así como el acceso a energías renovables son algunos de los motivos que explican el incremento de potencia instalada.
Este crecimiento nos beneficia a todos. A nivel individual, la cercanía de los Data Centers mejora y agiliza el acceso a la información – no sólo internet-, pero también como sociedad ya que el impacto de la industria de los centros de datos en el PIB nacional se estima en más de 60.000 millones de euros. No hay otro sector económico en estos momentos que pueda, siquiera, acercarse a estas cifras en España.
Las tecnologías de la información, la inteligencia artificial, la mejora de la educación, la sanidad, las finanzas o el entretenimiento transitan, directamente, por el interior del data center. El crecimiento de nuestra industria es el crecimiento de la digitalización, la innovación y la generación de riqueza.
La consolidación de este eje de interconexión del Sur de Europa, con dimensión comparable a los principales mercados del continente -Frankfurt, Londres, Ámsterdam y Paris (FLAP)-, no será sencilla. Al menos existen cuatro grandes retos para los centros de datos a los que hemos de dar respuesta como industria si queremos mantener esta senda de crecimiento.
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El reto de la energía
El primero, y quizá el más importante de ellos, se encuentra en la energía. España, no tiene un problema de disponibilidad de energía, de hecho, somos el segundo país de Europa con mayor capacidad instalada para la producción de energías renovables. Según los últimos informes de Red Eléctrica, la energía renovable supone más de un 42% del mix energético nacional, y casi el 60% de la instalación nacional. El problema para nuestra industria radica en el acceso a la red de transporte y distribución. La demora en la concesión de autorizaciones puede llegar a provocar un auténtico cuello de botella, ralentizado la llegada y ejecución de nuevos proyectos y frenando el crecimiento de nuestro sector.
Para solventar esta situación, es fundamental la colaboración público-privada, acelerando los trámites administrativos que permita dar desde las instituciones una respuesta acorde al ritmo de incremento de la demanda existente. Deben ejecutarse las inversiones previstas para la red de transporte, introduciendo además cuantas modificaciones puntuales sean necesarias para dar respuesta a la demanda de servicios.
Desde Spain DC, somos conscientes de que tenemos por delante un reto transformador en lo que al acceso a la energía se refiere. Pero también somos conscientes de que, por suerte, las administraciones públicas son conocedoras, en su mayoría, del rol decisivo que juegan en estos términos. Es fundamental que entiendan que han de apostar por las infraestructuras digitales, y que han de hacerlo con decisión y valentía.
Legislación para mejorar la competitividad del sector
Debemos entender que la digitalización de nuestra economía no es una opción. Es una necesidad si queremos posicionar a España como punta de lanza de la transformación tecnológica europea, y para ello necesitamos la ayuda de las administraciones. Por primera vez en siglos, España no ha perdido este tren. Hemos de trabajar codo con codo con los reguladores y avanzar en una legislación que mejore la competitividad del sector, que facilite la llegada de inversiones y el desarrollo de unas infraestructuras clave para la digitalización del país. Para ello, también resulta fundamental agilizar las concesiones de otras licencias que también nos afectan, como las de acceso a suelo, edificabilidad o actividad.
El reto de la sostenibilidad
Junto a la energía, hay otro gran reto que debemos afrontar como industria: la eficiencia y la sostenibilidad. Sí, es cierto que el sector utiliza energía. Pero nuestro crecimiento no es ajeno al mejor uso de los recursos naturales. De hecho, durante 2023 los centros de datos en nuestro país consumieron menos energías que el año pasado y, en términos de gasto de agua, un notable porcentaje de las infraestructuras utilizan circuitos cerrados, lo que minimiza su impacto al máximo. La digitalización no está exenta de costes, pero gracias a los data center, este proceso imparable en todo el mundo se está logrando en España con altos niveles de sostenibilidad y eficiencia energética.
Somos el primer sector en asumir los retos europeos de neutralidad climática para 2030, ya que los centros de datos en nuestro país son nativos sostenibles. Aplicamos los estándares más altos de innovación y eficiencia y nos nutrimos, casi exclusivamente, de energías renovables. Es imprescindible que realicemos entre la ciudadanía un ejercicio de divulgación, para que comprendan la importancia de los centros de datos en su día a día y que sostenibilidad y digitalización son perfectamente compatibles. La industria del Data Center será quien lidere la descarbonización del país.
El reto del talento
Por último, hemos de enfrentar el reto del talento especializado en estas infraestructuras, críticas e imprescindibles. Según el último Informe de Perfiles publicado por la Asociación, en apenas tres años, requeriremos de más de 2.000 profesionales cualificados para cubrir 140 posiciones de alta demanda. Desde SpainDC ya son muchas las iniciativas que estamos llevando a cabo para lograr afrontar este grandísimo reto. Por un lado, hemos comenzado a trabajar con el sector público mediante el SEPE y Fundae para llevar a cabo programas de formación especializados en Data Center. Colaboramos con entidades privadas como DC Academy o Impulso para formar a estos jóvenes, que en muchos casos no saben que este es un sector sin desempleo y que les puede ofrecer un enorme desarrollo profesional. Con este mismo objetivo, el de dar a conocer al joven talento nuestra industria, también estamos acercando a alumnos de últimos años de instituto y primeros de carrera el conocimiento sobre qué son estas infraestructuras y el gran futuro que pueden tener trabajando en ellas. Un sector de pleno empleo y con un enorme potencial de crecimiento.
No son retos menores, pero estoy convencido de que sabremos aprovechar las enormes oportunidades de crecimiento que nos ofrece este sector, a la vez desconocido, apasionante y crucial.