OPINIÓN

Cómo comprender el coste real de los servidores antiguos



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Dado el entorno actual, nunca había sido tan importante tomar el control del coste total de propiedad del hardware de los centros de datos para poder adaptarlo a las nuevas oportunidades emergentes

Publicado el 2 abr 2024



Tikiri Wanduragala, Consultor Sénior región EMEA, Grupo de Soluciones de Infraestructura de Lenovo
Tikiri Wanduragala, Consultor Sénior región EMEA, Grupo de Soluciones de Infraestructura de Lenovo

El sector tecnológico está cambiando y, debido al auge de tecnología emergente como la inteligencia artificial (IA), el hardware de los centros de datos está cobrando cada vez más importancia. Por lo tanto, ha llegado la hora de replantearse el ciclo de refresco tecnológico de las organizaciones. Los beneficios de actualizar el inventario resultan inmediatos y medibles en términos de costes y eficiencia, al tiempo que ofrecen a los directivos la oportunidad de adoptar nuevas tecnologías con gran agilidad. Dado el entorno actual, nunca había sido tan importante tomar el control del coste total de propiedad (total cost of ownership, TCO) del hardware de los centros de datos para poder adaptarlo a estas nuevas oportunidades emergentes.

La regulación del sector está aumentando, por ejemplo la Unión Europea ha comenzado a requerir que las grandes organizaciones reporten su consumo energético, de modo que la presión por reducir el consumo también ha aumentado. En una reciente publicación científica, el investigador sueco Anders Andrae ha calculado que para 2025, el 33% del coste total de la tecnología de la información y comunicación será atribuible a las demandas energéticas de los centros de datos. Como resultado de la actual inestabilidad de los costes energéticos, nunca había resultado tan caro operar un centro de datos, ni más asequible actualizar el hardware para utilizar versiones más rápidas y con menor consumo.

Las organizaciones del sector tecnológico ya han comenzado a abordar este problema, consolidando agresivamente su hardware para obtener niveles más altos de eficiencia. Sin embargo, para alcanzar sus objetivos, los líderes informáticos deberán emplear nuevas formas de pensar.

Pensamiento aislado

Los líderes informáticos suelen ser reacios a adquirir nuevos servidores: se trata de una realidad en todos los sectores. Las organizaciones tienden a instalar y arrancar nuevos servidores para después mantenerlos funcionando hasta el día en que la máquina sufra una avería. Casi se diría que tienen miedo de ellas o de lo que podría llegar a pasar si se introdujese algún cambio.

Esta inacción pasiva a menudo se introduce inconscientemente debido al pensamiento aislado por silos. En la mayoría de las empresas, la infraestructura, software e instalaciones figuran en presupuestos diferentes, de modo que resulta increíblemente difícil determinar el TCO del hardware de los centros de datos. Por lo tanto, los directivos con visión de futuro deberían reunir a todas las personas involucradas en la misma sala para poder obtener y comprender una visión completa. Comprender el coste real de sus servidores antiguos proporciona a las organizaciones una perspectiva diferente sobre el valor de las unidades nuevas. Al unir los puntos y agrupar a personas con visiones diferentes, todos podrán reconocer el valor de actualizar la infraestructura informática de la compañía.

Los beneficios de las actualizaciones

Debido a la Ley de Moore, según la cual la capacidad informática aumentará continuamente a lo largo del tiempo, las empresas que actualicen sus infraestructuras informáticas podrían llegar a duplicar el rendimiento de su hardware, o dividir el coste, cada 18 meses. Por ejemplo, si reemplazamos un servidor de tres años de antigüedad para instalar uno nuevo, obtendremos el doble de capacidad en el rendimiento de nuestras apps, abriendo la opción de consolidar y continuar reduciendo nuestros costes. Los principales miembros del sector ya están aprovechando esta situación y siendo proactivos en sus ciclos de refresco informático. Invertir en el corto plazo conllevará ahorros a largo plazo.

En referencia a los servidores existentes, es importante ser conscientes de que su mantenimiento, extensión de garantías, reparaciones e ineficiencia energética conllevan una curva de costes. Las empresas deberían asegurarse de que el 20% del hardware de sus centros de datos tenga menos de tres años de antigüedad, dado que esto les permitirá aprovechar nuevas tecnologías y garantizar que no se estén quedando obsoletas.

Por ejemplo, si un sistema de IA requiere una GPU de 700 vatios y nuestro centro de datos cuenta con hardware de anticuado, podríamos llegar a encontrarnos operando con máquinas en las que no se puedan instalar las nuevas tarjetas gráficas. La mayoría de los clientes realizan sus adquisiciones con un horizonte de tres años y a continuación pagan por garantías extendidas hasta los cinco, pero un enfoque más adecuado sería aplicar una práctica de refresco y reciclado constantes. Aquí es donde entraría en juego un enfoque “como-servicio”, al permitir a los directivos disfrutar de hardware más moderno sin necesidad de realizar un gran desembolso de capital inicial.

Maximizar la eficiencia

En los centros de datos, los responsables empresariales procuran hacer todo lo posible con la menor cantidad de hardware. Refrescar el inventario proporciona la oportunidad de consolidar y maximizar la eficiencia. Independientemente del servidor que tengamos, deberíamos procurar utilizarlo al nivel más alto posible para maximizar la eficiencia energética y los costes. Tecnologías como la virtualización están ayudando a las empresas a hacer un mejor uso de sus servidores, pero en la mayoría de los casos todavía queda mucho que mejorar.

Las grandes organizaciones suelen utilizar sus servidores al nivel más alto posible. Los usuarios normales se preocupan al operar de este modo, debido a la redundancia. Pero si contamos con medidas de seguridad, consolidamos las operaciones y utilizamos los servidores al nivel más alto posible, podremos disfrutar de los beneficios en términos de eficiencia y coste. La clave es mantener el número de servidores lo más bajo posible e integrar continuamente.

Tomar control del consumo energético

Refrescar el inventario constituye un elemento esencial a la hora de tomar el control de nuestro consumo energético. La electricidad que entra en el centro de datos alimenta la calefacción, ventilación y acondicionamiento de aire. Al introducir esa electricidad en el servidor, alimentamos los ventiladores, memoria y discos, y a continuación la energía impulsa el procesador. También existen las tareas de virtualización y ahí es donde ejecutamos nuestro software. Para cuando hayamos alimentado todos estos componentes, habremos perdido casi el 40-60% de la electricidad inicial, porque cada uno de ellos tiene un consumo. Es por eso que las tecnologías como la refrigeración por agua resultan cruciales y pueden llegar a reducir el coste de la calefacción, ventilación y acondicionamiento.

Este es otro motivo por el cual la consolidación resulta tan importante. Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de contar con sistemas de medición. Debemos establecer qué elementos están utilizando la electricidad que consume el centro de datos. Una vez que tengamos esa información, podremos decidir la mejor manera de proceder. Debemos contemplar nuestro centro de datos del mismo modo que un granjero considera sus campos, buscando obtener el máximo rendimiento de cada metro cuadrado de terreno. Este es el camino para reducir nuestro TCO y extraer el máximo valor de nuestro centro de datos.

Los servidores y el futuro

La regulación en torno al consumo energético va a ser cada vez más restrictiva y mientras el coste de la electricidad siga siendo elevado, nunca habrá habido un mejor momento para que los líderes corporativos se replanteen sus estrategias de centros de datos en términos de coste energético.

Las principales empresas del sector ya están mostrando el camino a seguir, consolidando agresivamente su hardware y aprovechando sus servidores hasta el máximo de sus limitaciones. Para los ejecutivos con visión de futuro, adoptar un enfoque amplio, desde arriba hacia abajo, y replantearse la actitud hacia el hardware de sus servidores permitirá reducir costes, aumentar los beneficios y contribuir a salvar el planeta.

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