El talento digital es uno de los grandes déficits del actual mercado laboral. Con el avance de la transformación digital, las empresas se enfrentan a una creciente dificultad para encontrar profesionales con las habilidades necesarias. Esta brecha de talento es aún más evidente cuando analizamos la participación femenina en el sector.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), al cierre de 2024, el sector de telecomunicaciones contaba con 48.200 mujeres empleadas, lo que supone un aumento de 7.000 con respecto a 2023. Las mujeres profesionales del sector representan sólo el 37,2% del total.
Peor van las cosas en programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática. En esta actividad, al cierre del pasado año, trabajaban 139.900 empleadas, con un incremento de 7.600 respecto al año anterior. Ello supone que sólo el 25% de los trabajadores son mujeres, a pesar de los avances de los últimos años.
Las razones de esta desigualdad son diversas. Factores como los estereotipos de género, la falta de referentes femeninos en el ámbito tecnológico y la menor presencia de mujeres en estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) han contribuido a la baja representación femenina en el sector digital. Según informes de la UNESCO, sólo el 35% de los estudiantes en carreras STEM son mujeres, lo que refleja una barrera de entrada que se traduce posteriormente en el ámbito laboral.
Sin embargo, la demanda de talento sigue en aumento, y las empresas están impulsando iniciativas para fomentar la diversidad y la inclusión. Programas de formación específicos para mujeres, redes de apoyo y políticas de conciliación laboral han demostrado ser estrategias efectivas para reducir la brecha. Además, las habilidades requeridas en el sector digital están evolucionando, abriendo oportunidades para una mayor inclusión femenina.
Actualmente, el mercado tiene una alta demanda en perfiles con competencias en inteligencia artificial, ciberseguridad, análisis de datos y desarrollo de software. A ello se suman habilidades blandas como la capacidad de adaptación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, fundamentales en un entorno en constante cambio. La flexibilidad del trabajo remoto y la creciente adopción de modelos híbridos también representan una oportunidad para atraer más talento femenino al sector.
Si hablamos en concreto del sector de la IA en España, el 54,7% de los trabajadores que están formados en IA son hombres, mientras que el 45,2% son mujeres, lo que representa una brecha de género más reducida que en el ámbito global, donde el 71% de talento masculino predomina de forma abrumadora.
Si bien los avances son evidentes, todavía queda un largo camino por recorrer para lograr una equidad real en el sector digital. La clave estará en continuar promoviendo iniciativas que reduzcan las barreras de entrada y fomenten la igualdad de oportunidades. La transformación digital no solo necesita talento, sino que debe asegurarse de que ese talento sea diverso e inclusivo, garantizando así un futuro más innovador y equitativo para todos.
