En 1843, Ada Lovelace escribió el primer algoritmo de la historia. Y en 1952, poco más de un siglo después, Grace Hopper desarrolló el primer compilador para un lenguaje de programación, lo que sentó las bases para los lenguajes de codificación informática modernos.
Hoy, la tecnología y la computación no se entienden sin los aportes de estas dos mujeres, pero a pesar de su legado y del creciente rol de la mujer en la ciencia, la participación femenina es aún limitada en términos absolutos, a pesar de que muchas mujeres trabajan en el desarrollo de software, hardware y sistemas tecnológicos avanzados. Porque solo algunas ocupan roles clave como programadoras, ingenieras de software, arquitectas de sistemas, y lideran proyectos innovadores en empresas tecnológicas de alto nivel, desde startups hasta gigantes como Intel, Google, Apple y Microsoft.
El rol de la mujer en el auge de la inteligencia artificial (IA) es cada vez más significativo, pero también enfrenta desafíos únicos debido a la subrepresentación histórica de las mujeres en campos tecnológicos. A medida que la IA continúa transformando diversas industrias, las mujeres están jugando roles cruciales en el desarrollo, implementación y la ética de estas tecnologías. Sin embargo, su participación sigue siendo limitada y la industria necesita avanzar hacia una mayor inclusión para aprovechar todo el potencial de la innovación.
Un área crucial en la que las mujeres están marcando la diferencia es en la ética de la IA. Las implicaciones sociales, políticas y económicas de la IA son profundas, y las mujeres están liderando la conversación sobre cómo garantizar que la IA sea desarrollada y utilizada de manera justa, equitativa y responsable. Muchas investigaciones indican que los algoritmos de IA pueden perpetuar sesgos de género y raciales si no se abordan adecuadamente durante su desarrollo. Las mujeres, con sus perspectivas diversas, desempeñan un papel clave en identificar estos sesgos y promover la creación de sistemas más inclusivos. Timnit Gebru, ex investigadora de Google y una de las figuras prominentes en la ética de la IA, ha sido una defensora de la necesidad de garantizar que la IA no reproduzca las desigualdades sociales.
A pesar de estos avances, las mujeres siguen estando subrepresentadas en los campos tecnológicos. Las barreras incluyen estereotipos de género, la falta de modelos a seguir, la discriminación implícita y explícita, y la falta de apoyo durante la carrera profesional, especialmente cuando se trata de roles de liderazgo. Esta desigualdad se refleja en los bajos porcentajes de mujeres que ocupan posiciones técnicas y de liderazgo en las principales empresas tecnológicas.
Intel impulsa el papel de la mujer
Intel ha implementado varias iniciativas para mejorar la diversidad y la inclusión dentro de la empresa, con el objetivo de crear un entorno de trabajo más equitativo. Algunas de las principales acciones incluyen:
1. Compromiso con la diversidad en la contratación: Intel ha establecido metas específicas para aumentar la representación de grupos subrepresentados en su fuerza laboral. Por ejemplo, se ha comprometido a alcanzar una mayor equidad de género y racial, tanto en puestos técnicos como de liderazgo.
2. Iniciativas de reclutamiento inclusivo: Intel trabaja con diversas organizaciones para promover la contratación de personas de diferentes orígenes, asegurándose de que los procesos de selección sean inclusivos y accesibles para todos.
3. Programas de mentoría y desarrollo professional como WIN (Woman at Intel): La compañía ofrece programas de mentoría para apoyar a empleados de grupos diversos en su desarrollo profesional. Esto incluye formación en habilidades de liderazgo y empoderamiento de empleados para avanzar en sus carreras.
4. Diversidad en la cadena de suministro: Intel también trabaja para garantizar que sus proveedores y socios compartan su compromiso con la diversidad, promoviendo la inclusión no solo dentro de la empresa, sino también en su ecosistema.
5. Revisión de políticas de diversidad e inclusión: La empresa revisa y ajusta regularmente sus políticas internas para asegurar que se alineen con sus objetivos de diversidad e inclusión, buscando crear un ambiente en el que todas las voces sean escuchadas y valoradas.
En resumen, el rol de la mujer en la tecnología es fundamental para el avance del sector, y aunque ha habido avances importantes, aún queda trabajo por hacer para garantizar una representación equitativa y aprovechar todo el potencial de las mujeres en la innovación tecnológica.
