El Edge Computing llegó para quedarse, de eso no hay duda. Pero detrás de toda esta conexión permanente en la que el tráfico de datos ha aumentado de forma vertiginosa y a la que además exigimos mayor velocidad, debe existir el soporte de soluciones que sean fiables, eficientes y por supuesto, que puedan desplegarse rápidamente allí donde sea necesario, para garantizar la continuidad de las aplicaciones digitales.
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