2019 ha sido un año de innovación acelerada tanto para el sector tecnológico como para el conjunto de la comunidad empresarial. Con la adopción generalizada del multicloud híbrido como arquitectura de facto para los clientes corporativos, las organizaciones de todo el mundo se encuentran bajo una enorme presión para modernizar su infraestructura y ofrecer un valor de negocio tangible en torno a aplicaciones y cargas de trabajo que requieren una gran cantidad de datos.
Así pues, estas están pasando de entornos locales a utilizar servicios de clouds públicos, construyendo clouds privados y pasando del disco al flash en los centros de datos, a veces de forma simultánea. Estas transformaciones abren la puerta a un enorme potencial, pero también traen consigo un incómodo inconveniente: aumentan la complejidad en el plano tecnológico.
Podemos predecir que la demanda de simplicidad y personalización será el principal factor que marcará las decisiones de compra de tecnología en 2020. Los proveedores tendrán que ofrecer tecnologías modernas y flexibles con la posibilidad de elegir cómo utilizarlas y consumirlas para que los clientes puedan seguir el ritmo de la evolución de sus modelos de negocio. Y dado que, cada vez más, los departamentos de tecnología se esfuerzan por hacer menos hincapié en el mantenimiento y el hardware, por reducir los gastos generales y adoptar modelos de pago por uso, la simplicidad y las opciones serán fundamentales.
Lograr esta simplicidad servirá de base para que las empresas se adapten a las apasionantes tendencias tecnológicas que identificamos en los siguientes apartados.
1. La llegada del 5G convierte el Internet de las Cosas impulsado por IA en una realidad, y los entornos de edge computing se preparan para ser aún más disruptivos de lo que lo fue el cloud.
De cara al despliegue generalizado del 5G, se utilizarán sensores de menor coste y aplicaciones de IA en proceso de maduración para crear entornos de edge computing que requieren un uso intensivo de la computación. Este esfuerzo sentará las bases para entornos de Internet de las Cosas impulsados por IA con gran ancho de banda y baja latencia, capaces de propiciar grandes innovaciones y la misma magnitud de disrupción.
La llegada del 5G es justo lo que el Internet de las Cosas impulsado por IA necesitaba. Harán falta unos años más para que la tecnología de datos 5G se extienda por todo el mundo. Sin embargo, en 2020 muchos actores del sector tecnológico y de la comunidad empresarial invertirán en la creación de entornos de edge computing para respaldar la realidad del Internet de las Cosas impulsado por IA.
No obstante, esta innovación del Internet de las Cosas impulsado por IA dependerá de una enorme priorización del edge computing, lo que seguirá revolucionando las infraestructuras tecnológicas y las prioridades de gestión de datos. A medida que los dispositivos periféricos vayan más allá de los aparatos domésticos (como termostatos y altavoces conectados) y amplíen su alcance (como en el caso de los parques solares conectados), más centros de datos irán incorporando esta innovación. Además, serán necesarias plataformas como la inteligencia artificial para operaciones de tecnología (AIOps) para ayudar a monitorizar estos entornos complejos que abarcan del edge al core y al cloud.
2. El impacto del blockchain será innegable, ya que los registros contables indelebles hacen posibles casos prácticos que marcan un antes y un después más allá de la criptomoneda.
El mundo está avanzando rápidamente y dejando atrás el Bitcoin para adoptar registros contables indelebles distribuidos en las empresas, lo que sienta las bases de una transformación que es exponencialmente mayor que el efecto que las criptomonedas han tenido en el blockchain en el ámbito de las finanzas.
3. La arquitectura compositiva basada en hardware tendrá menos potencial a corto plazo que el hardware de consumo y la virtualización de la infraestructura basada en software.
Las continuas mejoras en el rendimiento del hardware de consumo, la virtualización basada en software y las arquitecturas de software de microservicio eliminarán gran parte de las ventajas de rendimiento de las arquitecturas compositivas basadas en hardware propietario, relegándolas pronto a funciones de nicho en los centros de datos.
La arquitectura compositiva basada en hardware se está considerando la próxima evolución de la infraestructura hiperconvergente (HCI). Esta arquitectura permite que las CPU, las tarjetas de red, los aceleradores de carga de trabajo y los recursos de almacenamiento se distribuyan en una arquitectura de racks y se conecten con conmutación basada en PCI de baja latencia. Y aunque la arquitectura compositiva tiene potencial, la estandarización ha sido lenta, y la adopción, todavía más. Entretanto, la virtualización del almacenamiento basada en software, junto con soluciones de virtualización de redes y computación basadas en software (aunque aceleradas por hardware), ofrece hoy en día gran parte de la flexibilidad de las arquitecturas compositivas basadas en hardware, a un coste menor y con un rendimiento en constante aumento.