Cada vez más empresas españolas confían en los contenedores y kubernetes para el despliegue de aplicaciones

La agilidad y el ahorro de costes que ofrecen están animando a un número mayor de organizaciones de nuestro país a apostar por estas tecnologías. DCM habla con Juan Luis Buenosvinos, arquitecto de soluciones de Red Hat, sobre la popularidad de este modelo.

Publicado el 22 May 2019

Juan Luis Buenosvinos, arquitecto de soluciones de Red Hat.

“Que haya crecido tanto la asistencia a la KubeCon no es una casualidad, está directamente relacionado con que las compañías están utilizando cada vez más la tecnología de contenedores”, reconoce Juan Luis Buenosvinos, arquitecto de soluciones en Red Hat Iberia. Y es que, la posibilidad de “coger” un programa informático y ponerlo en una “cápsula” (container) e introducir en ella todos los elementos necesarios para su funcionamiento; poderla transportar fácilmente y tenerla aislada y a buen recaudo con las máximas políticas de seguridad convence a muchas empresas. Pero no es el principal argumento. Lo que más atrae a las organizaciones es el ahorro de costes. “Crear aplicaciones informáticas bajo este modelo es más rápido, eficiente y barato”, admite el directivo.

Afirma que “el nivel de adopción es espectacular. Cada vez más, mes tras mes, año tras año, empresas de todo tipo en nuestro país están implementando este tipo de tecnología porque tienen necesidades comunes: agilidad (capacidad de crear y modificar programas informáticos lo más rápido posible) y ahorrar costes”.

Añade que la solución de Red Hat en este ámbito funciona bien para cualquier compañía, ya sea grande o pequeña y tanto de la Administración Pública como en el ámbito privado. Eso sí, puntualiza que en España hay sectores muy potentes de crecimiento en estas propuestas cloud como son banca, seguros, telecomunicaciones y utilities. “Aunque vemos también que en industria o en retail también se adoptan porque necesitan manejar la escalabilidad de esas aplicaciones, no sólo desplegarlas”.

La comunidad colaborativa de los kubernetes

Para administrar esos contenedores se necesita un programa/orquestador y eso es lo que creó Google hace cinco años para su uso interno y lo bautizó como Kubernetes. Posteriormente, el gigante estadounidense decidió abrirlo al público general -lo hizo open source-, de manera que esta iniciativa pudiera crecer a mayor velocidad gracias a las aportaciones de personas de todo el mundo. Una de esas empresas que forma parte de esta comunidad colaborativa es Red Hat y, según Buenosvinos, “es la segunda compañía del mundo que mayor contribución hace a Kubernetes”. Su solución estrella para este entorno es la OpenShift, un producto que incluye muchas tecnologías siendo una de las más importantes la de kubernetes empresariales.

La última actualización presentada ha sido la versión 4, disponible en pocas semanas, que contempla dentro de su hoja de ruta el proyecto de Container Native Virtualization: que las máquinas virtuales se puedan gestionar como si fueran contenedores. Asimismo, entre las funcionalidades incorporadas destaca la facilidad de operativa que se ha simplificado y aligerado.

La multinacional –que basa todas sus tecnologías en código abierto- comercializa esta plataforma bajo dos modelos: pago por suscripción (1 a 3 años, renovable) en base a la capacidad de cómputo que necesita el cliente (dependiendo de la cantidad de contenedores se precisa una capacidad de cómputo); y pago por uso: la solución se puede desplegar tanto el centro de datos corporativo como en la nube pública. Y se paga por la cantidad de recursos que se consuma. Ambas posibilidades se apoyan en una garantía de soporte por parte del proveedor y en un programa de certificación y formación para entender y poder administrar los productos que ofrece. “Es nuestra contribución a ese gap de profesionales cloud que existe en España”.

Ni el fin de la virtualización ni del on premise

Uno de los grandes debates acerca del boom de los containers es que acabará por sustituir a la virtualización. Para este directivo a día de hoy se trata de dos tecnologías complementarias, mundos paralelos. Con contenedores puedes prescindir de la virtualización, pero esta ayuda a gestionar un parque de servidores. No obstante, actualmente hay muchas compañías que están desplegando la solución OpenShift directamente sobre servidores de gran potencia, prescindiendo de la virtualización para conseguir el máximo rendimiento posible. Es el caso de procesamientos de investigación científica, machine learning o inteligencia artificial que manejan un gran volumen de datos. Pero lo habitual es contar con servidores virtualizados y sobre ellos desplegar la plataforma de Red Hat. Bien es cierto que la alternativa a los kubernetes son las máquinas tradicionales virtuales, pero se presentan como ecosistemas más complejos de gestionar. Los kubernetes tienen como gran beneficio el poder aislar las aplicaciones y según estudios de esta multinacional pasar de un entorno virtualizado a un entorno OpenShift supone un 40 – 45% de ahorro en recursos.

Por otra parte, esta eclosión de la fórmula contenedores/kubernetes hace pensar que el mundo on premise tiene los días contados. Buenosvinos no lo cree así. Sostiene que aunque cada vez más popular recurrir a la nube pública (Google, Microsoft Azure o AWS) porque permite una mayor agilidad y flexibilidad a las empresas a la hora gestionar sus recursos, el modelo on premise sigue y seguirá existiendo por tema de regulación de datos, de albergarlos en mis instalaciones y bajo mi control. Además, señala que “de la misma manera que no todas las aplicaciones van a ser desplegadas en la nube, muchos clientes van a querer tener sus propios centros de datos. Solo las compañías más grandes podrán permitirse tener estos CPD”, aclara.

No obstante, hay una tendencia clara hacia la cloud híbrida y multicloud (entornos que hacen posible distribuir las aplicaciones en varios proveedores de nube pública y decidir el mejor sitio para poder ejecutarla). “Todo a través de una gestión unificada”, apostilla. Además, Buenosvinos menciona otras perspectivas de futuro como que la fórmula de operación en contenedores va a inundar otros modelos tales como el de la virtualización clásica o que cada vez más se van a desplegar más y más tipos de aplicaciones, concluye.

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A
Cristina Albarrán

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