Por Garcerán Rojas, presidente de PQC
Hace ya muchos años, el director general de medios de un importante banco me dijo una frase que se me quedó grabada a fuego. “No sé cómo lo habéis hecho, pero habéis logrado tener palpitando en la palma de vuestra mano el corazón del negocio. En este caso, del nuestro”. En efecto, su afirmación expresaba claramente el hecho de que el data center es el corazón del negocio para cualquier organización actual, y de que de su correcto y continuo funcionamiento depende, por tanto, del éxito del mismo. Y quienes nos encontramos, de una manera u otra, vinculados a este mundillo, somos corresponsables de lo que ocurre en él. De que, pase lo que pase, ese corazón no deje nunca de palpitar.
Tiempo antes de realizar aquella afirmación, el citado responsable, que lo era del área de infraestructura crítica en una época delicada, nos encargó el primer trabajo inmediatamente después de asistir a una rápida presentación de PQC. Tiempo después nos confesó que algo de aquella presentación, sin poder saber qué fue exactamente, le transmitió confianza. Algo de lo que, en aquellos tiempos, estaba bastante necesitado. Y es precisamente esa confianza la que ha supuesto la columna vertebral de nuestra relación con los distintos clientes a lo largo del tiempo.
Lo que comenzó hace 23 años siendo una aplicación más de la Power Quality a un entorno de misión crítica, pronto derivó en una, prácticamente, dedicación exclusiva a los data center que tuvo un origen puramente eléctrico y un formato de auditoría y consultoría. Pero ambas cosas se quedaron bien pronto, cortas, aunque, eso sí, la línea trazada en su momento no ha sufrido mucha variación y el rumbo es en una dirección similar aunque ampliado en modelos, alcances y cobertura geográfica.
A los assessment y estudios específicos iniciales, pronto siguió la apertura hacia otras disciplinas como la mecánica, las tareas de reingeniería, las de commissioning, los proyectos conceptuales y de detalle, la incorporación del servicio de arquitectura y, algo más recientemente, la incorporación en tareas asociadas a la gestión de la construcción como la PMO. Y, en todos los casos, justo es reconocerlo, ha sido el propio cliente quien nos ha marcado el camino.
Nosotros poníamos el conocimiento en el data center y ellos el formato de colaboración. Así ocurrió con, entre otros, IBM y la reingeniería, T-Systems y el proyecto global, Telefónica y el commissioning y la sostenibilidad, y Sonda y la PMO. Y en la base de todo ello, la confianza que año tras año han depositado en nosotros, dándonos acceso directo a su corazón. El pasado año 2018, en el marco de la trayectoria de PQC, ha supuesto un tiempo de confirmación sobre la línea descrita con anterioridad y trazada hace ya mucho tiempo. Con trabajos de todas las especialidades mencionadas y, además, con la ratificación del mercado latinoamericano como uno de los de mayor actividad. Así, el pasado año se acometieron, entre otros, los proyectos de reingeniería de Telefónica en Paine (Chile), la segunda fase de construcción de Telefónica Lince (Lima-Perú), la continuación de los de Kutxabank, Bankia, Vodafone e Iberdrola (Premio Data Center Market 2019 al mejor proyecto de transformación) y el commissioning de los data center de las redes eléctricas, tanto en España como en Portugal. En el terreno de los proyectos nuevos, destacar sobre los demás, por su volumen, el proyecto integral (arquitectura e ingeniería) “Kudos” para Sonda en el site 2 de Quilicura (Chile) con 4000 m2 de sala blanca y más de 11 MW de potencia IT, pero sin desmerecer otros proyectos como el de GTD con la ampliación de su data center en Santiago, los desarrollados para Saudí Telecom (STC) en Arabia Saudí en consorcio con ArsMagna y RKL, el realizado para Repsol en Lima, galardonado como el mejor proyecto para data center corporativo en los Latam Award 2018 de DCD y el llevado a cabo para el Ministerio de Hacienda (Segipsa), estos dos últimos proyectados sobre edificios ya existentes.
Sin embargo, 2018 también nos ha dejado algunos hechos inquietantes siendo, quizá, el más trascendente para nosotros la publicada intención de Telefónica de vender sus activos de data center. Esa empresa ha sido para PQC, además de un cliente preferencial, la que nos permitió realizar los primeros trabajos internacionales de un cierto nivel y, con ello, darnos a conocer en lugares donde hasta entonces no habíamos tenido actividad. Gran parte de los data center de Telefónica llevan el ADN de PQC y sus avatares son los nuestros.
Pero dejando atrás esa inquietud, 2019 nos ha llegado presentando un horizonte cargado de nuevos retos, con una amplia cartera (construcción de los data center de Sonda, GTD y Hacienda, commissioning de REE y, con una mención especial, el nuevo proyecto para Sonda en Colombia). Estos contratos son fruto, sin duda, de la constancia en nuestro trabajo y de algo bueno que, seguramente, debemos estar transmitiendo al mercado. Cuando alguien lleva más de 20 años sin torcer el rumbo y se mantiene vivo, las puertas se van abriendo. Es cuestión de esperar pacientemente, y la oportunidad llega. Y cuando aparece, entonces no hay excusa. Hay que agarrarla con mucha fuerza y demostrar que todo aquello que llevaban las palabras, lo mejoran los hechos, de forma que se pueda refrendar, e incluso superar, la realidad de que por encima de un 80% de la producción anual de PQC lo sea para clientes recurrentes, aquellos con los que nos une una gran relación de confianza. En política, una cuestión de confianza es un instrumento político del que dispone un gobierno para afrontar una situación de debilidad. En el mundo del data center, por el contrario, es sinónimo de fortaleza. La que se deriva de, entre otros conceptos, el cumplimiento de los objetivos de calidad coste y plazos, la disponibilidad máxima en la operación, los logros en eficiencia y la mejora continua. Todos ellos dependen sobremanera de los compañeros que se hayan elegido para el viaje y para que el trayecto sea plácido, mejor tener todas las garantías sobre quien va a estar a tu lado. Cuestión de pura confianza.
