En España adolecemos de un mal que a duras penas se va eliminando con el paso de los años y con la llegada de la tecnología. Ese mal es el presentismo. Entendiendo por presentismo el necesitar ver a las personas de nuestro equipo, de nuestra compañía, sentadas en una silla y una mesa en una oficina para sentir la sensación de tranquilidad de que están trabajando, pero esto no tiene por qué ser así. ¿Cómo podemos confiar en nuestro equipo de desarrollo de software cuando estamos teletrabajando?
Muchas empresas rápidamente optan por imponer herramientas que permitan controlar que está haciendo cada miembro del equipo en un momento determinado. Otras empresas optan por aleccionar a los managers, a los responsables, para que estén encima de los equipos preguntando constantemente qué tarea están realizando o cual han terminado.
Todas estas prácticas aunque entendibles, son muy intrusivas y causan malestar en los equipos. A la larga terminan por crear un ambiente de fiscalización que puede llegar a penalizar el ambiente de trabajo. ¿Qué podemos hacer entonces?
En este punto merece la pena que analicemos de verdad qué es aquello que nos importa de la gente que trabaja en nuestro equipo ¿las horas que pasan sentados frente a su ordenador o las tareas que completan? Correcto, lo que de verdad nos interesa son las tareas. Por tanto, lo que nos interesa es lo que consiguen, lo que entregan lo demás es relativamente poco importante.
Cuando nos centramos en el desarrollo de software la tarea es la entrega de ese producto, el producto software, por lo que nuestro objetivo tiene que centrarse en maximizar la entrega de software con los niveles de calidad y estándares que hayamos definido.
Por ello, la solución más adecuada es establecer un sistema de medición del producto software que se libere en producción para así determinar de una forma objetiva y clara el resultado del trabajo. Resultado que nos ayudará a ganar la confianza en el equipo de forma definitiva.
¿Pero esto es solo para el teletrabajo? No, no solo es para el teletrabajo. Allí donde dispongamos de un equipo de desarrollo de software podemos confiar en ellos fijándonos tanto en el parámetro de cantidad de software entregado en cada liberación como en el resultado de las pruebas de aceptación de usuario.
El primero nos permite dimensionar la cantidad de producto que han producido y el segundo nos permite dimensionar la calidad del producto que han entregado. Ambos nos harán confiar en la capacidad del equipo y en la eficiencia de su trabajo.
Debemos dirigirnos hacia un nuevo paradigma. El paradigma de las horas cada vez está más obsoleto. En una época como la nuestra donde las Apps dominan nuestro día a día debemos cambiar nuestra mentalidad hacia una mentalidad más abierta, debemos confiar, pero como decía Ronald Regan en las conversaciones sobre la Perestroika a Mijaíl Gorbachov: “Confía, pero verifica”. Verifica el producto software.
Ese es el valor del producto software y lo que nos puede permitir alcanzar. Nos ayuda a verificar que todo es correcto y que podemos seguir confiando en nuestro equipo en un modelo de teletrabajo o, incluso, en un modelo de trabajo presencial.