Schneider Electric ha presentado un nuevo estudio que refleja cómo la tendencia de los centros de datos de hiperescala está en auge y cómo beneficiará a las empresas que generan y se nutren de datos. El 81% de los actores implicados en la cadena de valor asegura que los centros de datos de hiperescala tendrán un impacto positivo en su negocio en el futuro.
Como ya su nombre indica, la hiperescala supone lograr una computación de escala masiva, por lo general a efectos de big data o computación en la nube. Estas infraestructuras están pensadas para obtener una escalabilidad horizontal que lleve a altos niveles de rendimiento, procesamiento y redundancia. El modo más económico de abordar un proyecto de análisis de datos a escala masiva y de densidad computacional es la hiperescala.
Actualmente, estas construcciones están viviendo una notable subida debido a las ventajas que genera la disponibilidad de fuentes de energía renovable, terrenos aptos para estas grandes infraestructuras y redes de datos de elevada velocidad. Tanto es así, que los centros de datos de hiperescala representarán el 53% de todos los data centers desplegados para 2021, y para entonces el tráfico existente entre dichos centros se cuadruplicará.
Los números revelan una tremenda oportunidad para acometer estrategias innovadoras. Ingenieros, electricistas, constructores, distribuidores e integradores vivirán una disrupción en sus roles y en su forma de trabajar en el día a día, pues los viejos procesos, procedimientos y estrategias dejarán de ser todo lo útiles que lo fueran. Todo ello se verá estimulado por el aumento de la demanda de los centros de hiperescala.
Históricamente, solo un tercio de los implicados en la cadena de valor dedicaban más de la mitad de su tiempo a proyectos de hiperescala. Ello se incrementará un 73% en los próximos tres años, cuando más de la mitad de los actores de la cadena de valor invertirán la mayoría de su tiempo en esta clase de proyectos. Anticipar la relevancia que tendrán estás infraestructuras en los negocios es un factor determinante.
Además del aumento de los centros de hiperescala, la cadena de valor está viéndose influida por otras tendencias. Por ejemplo, el 68% de los ingenieros consultados valoran el potencial de las arquitecturas abiertas y del edge computing. La previsible avalancha de procesos gestionados vía software plantea a los técnicos de electricidad la necesidad de aprender nuevas habilidades, algo para lo que está dispuesto el 70% de los profesionales consultados.
A su vez, el auge de la hiperescala supone una serie de retos que todos los actores implicados en la cadena de valor deberán afrontar. El más importante es la seguridad, pero también lo es la inversión, ya que para casi la mitad de los constructores el precio a pagar supone una preocupación, así como el margen de beneficio. A ello se suma la necesidad de ser enormemente ágil y rápido, que supone un desafío de coordinación y eficiencia para todas las partes que conforman la cadena de valor.