OPINIÓN

Eliminar las barreras para crear ciudades más inteligentes



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La infraestructura que sustenta los servicios de las smart cities es crítica y debe estar diseñada para ser capaz de gestionar una amplia gama de tareas muy diversas que van desde control del tráfico a servicios de administración hídrica

Publicado el 24 sept 2024



Anthony Sayers, responsable de soluciones edge e IA edge de la región EMEA y tecnólogo de IoT/IIoT, Lenovo
Anthony Sayers, responsable de soluciones edge e IA edge de la región EMEA y tecnólogo de IoT/IIoT, Lenovo

La idea de una ciudad inteligente se ha comentado desde hace décadas, pero en la práctica muchos municipios simplemente proporcionan servicios individuales, como sistemas de bicicletas públicas o papeleras “inteligentes”. Sin embargo, una ciudad verdaderamente inteligente es mucho más que eso. La infraestructura que sustenta estos servicios es crítica y debe estar diseñada para ser capaz de gestionar una amplia gama de tareas muy diversas que van desde control del tráfico a servicios de administración hídrica.

Esto no es sencillo, pero si se planifica en torno a los servicios que son realmente útiles y deseables para los usuarios y se aprovisiona la tecnología necesaria para ofrecerlos, es posible crear ciudades más eficientes para sus habitantes. Para ello, se requiere tanto una visión clara en cuanto a ideas y diseño como una inversión para poder establecer una infraestructura tecnológica adecuada desde el comienzo.

Un ejemplo de coherencia

Dos de los obstáculos que evitan que las ciudades adopten tecnología inteligente son la financiación y la cooperación. Y es que se requiere de la colaboración de múltiples departamentos, a menudo de maneras que no resultan obvias. Por ejemplo, si el gobierno local desea mejorar su red de transporte, es posible que también deba examinar las conexiones eléctricas y de internet para poder gestionar la nueva infraestructura urbana, pero estas cuestiones suelen ser responsabilidad de departamentos diferentes.

Si las ciudades adoptan la infraestructura adecuada, la IA tiene el potencial de integrar información almacenada en múltiples departamentos y promover la cooperación, empoderando a aquellas ciudades que tengan la coherencia tecnológica necesaria para que impulsen la innovación.

Un buen ejemplo es el proyecto de ciudad inteligente de Dubái, que emplea la IA para eliminar las barreras entre diversos departamentos, pero también entre ciudadanos y servicios municipales. Gracias al enfoque que ha adoptado el equipo, están trabajando en más de 130 proyectos y 1000 servicios inteligentes entre los que se encuentra la implementación de la IA para facilitar que diferentes departamentos puedan integrar, restructurar y desplegar fácilmente aplicaciones que eliminan los formularios en papel y farragosos procesos manuales. De esta manera se facilitan tareas como el procesamiento de los visados, pago de facturas o trámites como el traslado del contrato de teléfono.

En la actualidad, Dubái está experimentando con un asistente de IA generativa para ayudar al público a encontrar los servicios municipales que necesitan en tiempo real, ofreciendo un toque personalizado para los usuarios. En este ejemplo, no se trata de que la ciudad en sí sea inteligente sino de lograr que sus procesos lo sean. Es un enfoque centrado en la eficiencia, que se centra en beneficiar tanto a los trabajadores como a los turistas y residentes.

Al contrario de lo que piensan muchos, la IA no acabará con los puestos de trabajo, sino que permite que el personal pueda emplear su tiempo de manera más eficiente.

En Abu Dabi, se han instalado sensores para monitorizar el nivel de agua almacenada en las cisternas de la ciudad. Esta implementación de IoT ya ha reemplazado el proceso manual que existía anteriormente y que exigía que los inspectores se desplazasen para realizar una valoración visual. La IA puede recabar los datos de las cisternas de toda la ciudad, y los algoritmos envían la información automáticamente a un equipo de servicio en función de las lecturas en tiempo real. Además, también pueden sugerir cuando se debería llevar a cabo el mantenimiento de las cisternas.

Gracias a este nuevo proceso, los inspectores que previamente tenían que dedicar su tiempo a comprobar las reservas de las cisternas ahora pueden centrarse en implementar cambios y trabajar en tareas más importantes, como examinar la calidad del agua o establecer normativas.

Generar confianza en la IA

La IA puede mejorar la seguridad pública, pero es esencial generar confianza en esta tecnología, recalcando sus importantes beneficios y asegurando que los residentes y visitantes no se sientan “vigilados”. Las cámaras de vigilancia tradicionales desaprovechan mucha información, puesto que no analizan una gran cantidad de datos. Sin embargo, al aplicar la IA, manteniendo siempre en mente la privacidad, las ciudades podrán mejorar la seguridad de sus habitantes e incluso salvar vidas. De hecho, según un estudio de 451 Research, la mitad de los funcionarios públicos dice que la seguridad ciudadana es el motivo principal para adoptar tecnología de ciudades inteligentes.

Las autoridades ferroviarias de Dinamarca han llevado a cabo un estudio empleando la IA y el aprendizaje automático (machine learning) para vigilar las plataformas de las estaciones y alertar al personal si alguien está a punto de acceder a las vías. Por ejemplo, cuando a una persona se le cae el teléfono, a menudo se centran en recuperarlo y se olvidan de los riesgos que ello implica, poniéndose en grave peligro. La IA es capaz de “aprender” los patrones que indican que una persona podría estar a punto de realizar una acción temeraria y, en tal caso, activar una alerta. El público debe tener confianza en que esta tecnología respetará su derecho a la privacidad y, una vez que se demuestre que la IA puede aumentar la seguridad sin resultar intrusiva, los ciudadanos aceptarán la idea con mayor facilidad. Las ciudades inteligentes deben encontrar la manera de ofrecer servicios sin hacer sentir al público que se comportan como un” Gran Hermano”. Para ello es importante comunicar que el empleo de sistemas de visión artificial siempre respeta la privacidad y que la seguridad ciudadana constituye la principal consideración.

Datos en las calles

En una ciudad inteligente, las cabinas urbanas y farolas se convierten en centros de datos edge capaces de procesar cualquier información, desde la ocupación de un estacionamiento a niveles peligrosos de contaminación. Pero el ingrediente secreto es el diseño general y despliegue de capacidad informática allí donde se generan los datos. De este modo, las ciudades pueden capturar datos a nivel de la calle, ya se trate de un coche que deja libre una plaza de aparcamiento o la formación incipiente de un atasco. Empleando IA y aprendizaje automático, las ciudades pueden filtrar la información importante al nivel de la calle, descartando datos irrelevantes y creando flujos de datos limpios y robustos.

La clave reside en la orquestación. Con la informática tradicional, en la que una aplicación constituye un único nodo, un sistema de “parking inteligente” requeriría muchísimos de estos nodos, lo cual resultaría altamente ineficiente y costoso. Pero al emplear técnicas más modernas de containers como Kubernetes, resulta posible desplegar múltiples aplicaciones en cada nodo informático, a base de virtualizarlos. En este punto es donde entra la orquestación para escalar el proceso, permitiendo desplegar, gestionar, monitorizar y asegurar aplicaciones en toda la ciudad. Una vez que todos estos componentes han sido planificados correctamente, resulta posible ejecutar aplicaciones sobre ellos e instalarlos en las cabinas urbanas mencionadas anteriormente. Esta infraestructura y coherencia tecnológica son fundamentales para construir una ciudad inteligente efectiva.

Las ciudades del futuro

Para cualquier Smart city, el éxito se basa en diversos factores. En primer lugar, el propósito de materializar una visión y servicios que verdaderamente hagan más felices a los residentes, desde facilitar los servicios municipales a mejorar la seguridad, con un enfoque constante sobre la privacidad. Los diversos departamentos deberán trabajar al unísono para los ciudadanos (un área donde la IA puede ayudar, eliminando silos y facilitando el intercambio de información entre diferentes departamentos). Pero lo más importante es que las ciudades inteligentes requieren de una infraestructura adecuada, una coherencia tecnológica que permita a los gestores proporcionar y mejorar servicios para sus ciudadanos, y todo ello requiere de una planificación y diseño minuciosos, desde el principio del proyecto.

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