En línea con las informaciones que salieron a finales del mes pasado, Indra va a iniciar la negociación con los trabajadores para llevar a cabo un ERE que supondrá el despido de 1.850 personas de su filial de Sistemas, que engloba las áreas de tecnologías de la información, seguridad, defensa, tráfico y transportes, y que da empleo a unas 18.000 personas.La compañía ha calculado que esta reestructuración de plantilla le permitirá ahorrar 120 millones de euros.
Los despidos afectarán enteramente a la plantilla de la compañía en España, donde Indra da empleo a casi 22.000 de las 39.000 personas que tiene contratadas en este momento. En otros países, la tecnológica ya tiene en marcha regulaciones de empleo, siendo la más importante la de Brasil, donde planea despedir a un millar de trabajadores.
El proceso se enmarca, según la compañía, “dentro del proyecto de transformación global de la compañía orientado a mejorar su competitividad y generar un crecimiento rentable y sostenible para los próximos años”. Indra generó pérdidas de 92 millones de euros en el ejercicio 2014, y en el primer trimestre de este año reportó también unos números rojos de casi 20 millones. “Teniendo en cuenta las pérdidas registradas por Indra en 2014 y en los meses transcurridos de 2015, la compañía se ha visto obligada a estudiar todas las medidas a su alcance para lograr revertir una circunstancia que no es buena ni para la empresa ni para sus profesionales”, asegura la compañía en una nota remitida a los medios.
La compañía reconoce que todos los esfuerzos por reducir costes en los últimos meses “no han sido suficientes”. Indra lo ha intentado con una mejor gestión de los inmuebles, las compras, los suministros y la eficiencia energética, o con la introducción de un nuevo esquema retributivo de la dirección y con la decisión de no repartir dividendo con cargo al ejercicio 2014.
Después de conocerse los planes concretos de Indra con la plantilla, la dirección de la compañía esbozó las líneas básicas de su plan estratégico hasta el año 2018, que tiene como objetivo “mejorar sus niveles de competitividad, crecimiento sostenible y rentabilidad”.
El presidente de Indra, Fernando Abril-Martorell, afirmó que, además de una reducción de costes a corto plazo, la firma abordará mejoras en la cartera de productos y proyectos, en la estrategia comercial y en el modelo de suministro. Además, y como acelerador del crecimiento, Indra desarrollará nuevos negocios alrededor de Indra Digital.
Como resultado, la compañía quiere que el crecimiento medio de las ventas se sitúe durante los próximos tres años entre el 2,5% y el 4,5%, partiendo de la cifra de 2.938 millones de euros de 2014. Asimismo, se ha propuesto que el EBIT recurrente se situé el 10% y el 11% para el año 2018. Hay que tener en cuenta que el EBIT (sobre ingresos) de 2014 fue del 6,9%. Además, Indra desea generar cash flow en 2018 por valor de unos 200 millones de euros, lo que representa aproximadamente un 6% de las ventas esperadas en dicho año. Este parámetro se quedó el pasado año en 47 millones de euros, un 1,6% de las ventas.
El plan estratégico a tres años también describe la evolución de los diferentes negocios de la compañía. En defensa y seguridad, el crecimiento de los ingresos debería situarse en 3-5% en tasa anual acumulada compuesta, desde los 509 millones de euros alcanzados en 2014. En transporte y tráfico, también espera un aumento de ventas del 3 al 5%, desde los 620 millones de euros del año pasado. Y en verticales de tecnologías de la Información, el aumento de ingresos deberá moverse en una horquilla que va del 2% al 4%, desde los 1.809 millones de euros registrados en 2014.
