Logicalis advierte a las empresas de los riesgos de realizar un salto desordenado al cloud, en especial de los costes ocultos y los peligros para su seguridad de una migración no controlada. El 75% de las mayores organizaciones en todo el mundo ya disponen de recursos, datos y aplicaciones en múltiples nubes, públicas y privadas, según la consultora Gartner. Estos entornos deben ser gobernados correctamente, igual que los activos e instalaciones internas, para no incurrir en gastos no previstos o potenciales incidentes de ciberseguridad.
Un buen número de organizaciones reconoce que su salto a la nube le ha supuesto un incremento adicional de entre un 20% y un 50%, sobre el presupuesto inicialmente previsto, y esto sin contar los gastos derivados de la implantación de nuevas aplicaciones y datos. En la mayoría de los casos, no sólo se trata de una carga derivada de mantener duplicados en cloud y en sistemas internos los mismos datos, sino también de sincronización de sistemas y aplicaciones. Es decir, de buen gobierno.
Logicalis es especialista en acompañar a las organizaciones en su transformación digital y en su camino hacia el cloud, una tendencia imparable que la propia Gartner estima que habrá alcanzado al 90% de las organizaciones mundiales en apenas dos años. Esta transición debe contar, según su visión, con todas las garantías de seguridad, tanto para los usuarios como para sus aplicaciones y datos. Como describe Carlos Cabezas, Cloud Bussines Development Manager de Logicalis Spain, “estadísticamente, casi el 60% de las organizaciones supera sus presupuestos anuales en la nube; normalmente esto es debido a dos factores, que las cargas de trabajo migradas al cloud no han sido correctamente adaptadas al nuevo entorno, consumiendo más recursos de los inicialmente previstos, y una falta de gobierno a la hora de gestionar el acceso a recursos cloud a las diferentes áreas de la compañía”.
Para paliarlo, el especialista recomienda “iniciar un salto a la nube ordenado y con una estrategia de adopción bien definida apoyándose de integradores que puedan asesorar y generar un marco de entrada adecuado y seguro a las necesidades de cada organización. Con esto, es posible definir un framework cloud de gestión de activos TI que permita fácilmente aplicar de forma escalable recomendaciones de eficiencia a cualquier nuevo servicio que se utilice en la organización.
Con frecuencia, los servicios cloud contratados no son utilizados, ya sea de forma total o parcial, pasando desapercibido por la organización, pero afectando de forma directa a los costes. Por esta razón, un sistema de gestión de activos permanente arroja luz sobre el consumo y permite desinstalar servicios no operativos, en caso necesario.
Aunque los costes cloud son mucho más asequibles a priori, porque no es necesario adquirir hardware o reforzar la infraestructura interna, también es cierto que requiere contar con el suficiente ancho de banda para acceder y descargar los recursos, definir quién puede hacerlo y calcular los accesos concurrentes, lo que afecta también a su coste.
Por ello es importante que ese marco de inicio ordenado y gestionado se mantenga a lo largo del tiempo, permitiendo a las empresas adecuar sus estructuras, cargas de trabajo y costes a la demanda del momento.
En términos generales, y si todo lo que hacemos es migrar aplicaciones y sistemas a la nube, no es probable que se obtengan los beneficios reales que aporta el cloud, no únicamente a nivel coste si no en áreas vinculadas al desarrollo, escalabilidad, latencias, etc. La solución es reestructurar sistemas y aplicaciones para economizar todos los recursos posibles, ya sean locales o en la nube.