El sector sanitario ha tardado en aprovechar el enorme valor de los datos para abordar la atención a los pacientes basada en ellos. Ser capaces de abarcar la salud y los resultados de la atención médica a un nivel granular en una gran población puede ayudar a descubrir nuevos tratamientos y mejores prácticas en el cuidado de los pacientes. Sin embargo, aunque el uso de estos datos poblacionales es importante, la naturaleza aislada de la información sanitaria, la abrumadora carga de las normas de seguridad y cumplimiento, y los limitados presupuestos de TI han frenado la adopción de repositorios de datos sanitarios regionales y nacionales.
Una reciente propuesta de la UE reconoce la necesidad de intentar acelerar la creación de centros regionales de información para datos sanitarios en apoyo de una mejor asistencia sanitaria para todos. Al agregar un conjunto coherente de datos para todos los pacientes en el sistema sanitario, creamos un valioso activo público que puede utilizarse para el análisis de la salud de la población, el descubrimiento de nuevas prácticas y la mejora de la prestación de una atención basada en el valor. Estos datos también se convierten en un activo para el ciudadano, que ahora dispone de datos sanitarios precisos que están a disposición de los cuidadores, independientemente del lugar de la región en el que se encuentren.
Aunque casi todo el mundo está de acuerdo en el impacto positivo que la analítica avanzada y el machine learning pueden aportar a la sanidad, todavía existen algunos retos importantes a la hora de crear grandes conjuntos de datos necesarios para aprovechar realmente las tecnologías. El apoyo a la recopilación y el intercambio de datos a nivel nacional y regional es, en el mejor de los casos, desigual, y actualmente no existe un conjunto de normas regionales bien integradas que faciliten el intercambio de datos. En este sentido, es necesario desarrollar centros de datos nacionales que respeten los requisitos normativos locales de cada país, además de establecer normas para la correspondiente agregación de datos.
Los sistemas nacionales de salud, así como los gobiernos, tienden a avanzar lentamente, ya que muchos todavía están abrumados con las actualizaciones relacionadas con la COVID, la telemedicina y seguridad cibernética. Lo ideal en este momento es que los países miembros adopten normas comunes de regulación y de datos para brindar una mejor prestación de asistencia sanitaria.