¿Pueden los despidos masivos y los constantes cierres de centros de datos pasarle factura a Twitter? A tenor de las constantes caídas e interrupciones en el servicio parece que la respuesta es más que obvia. Hace tan solo unos pocos días, aunque el servicio parecía haberse reestablecido, a muchos usuarios no les cargaba el feed. Se trata, por tanto, del enésimo problema de la red social, que ha experimentado un número creciente de interrupciones y fallos desde su adquisición por Elon Musk.
Y es que la compañía contaba con una plantilla de más de 7.500 trabajadores antes de ser adquirida, pero ahora tiene menos de 2.000 empleados tras las múltiples fases de recortes de plantilla. The Information ha asegurado que 50 empleados más fueron despedidos durante el pasado fin de semana, incluido personal que trabajaba directamente en la infraestructura técnica para mantener la plataforma en línea.
A finales de 2022, Musk cerró uno de los tres principales centros de datos de la compañía y empezó a recortar gastos en la nube. Twitter no tardó en sufrir un periodo de inactividad generalizado, el último de los cerca de nueve apagones de 2022.
Con la empresa cargada de deudas derivadas de la adquisición, es posible que se avecinen más recortes. Pero la reducción del personal de ventas y el enfoque de Musk sobre la moderación de contenidos han provocado un descenso de los ingresos publicitarios de aproximadamente el 40% interanual. El giro hacia el servicio de pago “Twitter Blue” ha tenido un comienzo lento y no ha sustituido de forma significativa esa pérdida de ingresos.