La creación de nuevos negocios escala se ha convertido en las prioridades de las agendas corporativas como efecto de la pandemia de la Covid-19, que ha impactado negativamente a los ingresos existentes de las empresas de muchos sectores y reforzado la necesidad de búsqueda de nuevas fórmulas de crecimiento. Según una encuesta de McKinsey & Company, realizada entre 800 directivos de compañías de diferentes sectores y geografías, cinco de cada diez directivos (52% de los encuestados) consideran prioritario para crecer el desarrollo de nuevos productos, servicios o nuevos modelos de negocio. Además de la diversificación de los ingresos, las compañías ven en estos nuevos desarrollos la posibilidad de aumentar su crecimiento orgánico, paliar los efectos de las disrupciones y adaptarse a las cambiantes necesidades de sus clientes y el propio ritmo del mercado.
En vista de esta tendencia, acelerada por el efecto de la pandemia, McKinsey vaticina que una nueva ola de innovación puede venir motivada del auge de intraemprendimiento, a medida que más empresas adopten el enfoque de creación de nuevos negocios, productos y servicios desde el seno de sus organizaciones. “La creciente apuesta por el desarrollo de negocios como una prioridad empresarial podría sugerir que las empresas tradicionales están queriendo acceder al espacio tradicionalmente ocupado por las start-ups”, apunta Alberto Torres, socio de McKinsey en España.
El estudio revela que contar con una estrategia de desarrollo de negocios ya ha mostrado ser oportuna para las empresas durante los tiempos de la pandemia en 2020: el 34% de las empresas que priorizaron el desarrollo de negocios no experimentaron ningún cambio a la baja e incluso tuvieron una mejora en el crecimiento.
La capacidad de pivotar y escalar: principales barreras para el emprendimiento corporativo
Sin embargo, la captura del valor del crecimiento a partir del desarrollo de nuevos negocios parece seguir reservada todavía para un segmento reducido de compañías. Preguntados sobre los negocios viables a gran escala desarrollados en los últimos diez años, los encuestados declararon que el 66% de los mismos fueron creados por solo 20% de las compañías tradicionales. Las tasas de éxito de nuevos negocios a largo plazo también son todavía moderadas. Según la encuesta, solo el 24% de los negocios novel creados en las grandes corporaciones se convierten en empresas viables a gran escala.
Los retos del desarrollo de negocios se encuentran en escalar (alcanzar una penetración significativa y rentable entre los clientes de un mercado objetivo) y pivotar, adaptando continuamente la hoja de ruta del nuevo desarrollo a las condiciones cambiantes del mercado y a los frenos internos. De hecho, según la encuesta, el 30% de los negocios fallidos no cumple con las expectativas de crecimiento debido, precisamente, a las disrupciones inesperadas en el mercado y al propio entorno empresarial.
Al mismo tiempo, McKinsey señala que el foco, la flexibilidad y capacidad de adaptarse resultan claves cuando aparecen desafíos a las hipótesis prestablecidas. De acuerdo con ello, las empresas que crean nuevos negocios, productos o servicios con éxito cuentan con una hoja de ruta específica que consiste en contar con partidas de presupuesto que permite dar una respuesta efectiva a las incertidumbres internas (que funcionan como “parachoques de aprendizaje”); realizan pruebas continuas de productos, servicios y modelos de negocio para identificar los problemas y corregir los fallos; y analizan los datos correctos de manera continua para actuar y corregir.
Contar con el apoyo de liderazgo, apostar por talento adecuado, incluyendo el talento digital, y tener con una profunda visión de los mercados en los que se mueven resultan fundamentales. “Para lanzar y escalar un negocio nuevo, las compañías necesitan desarrollar de forma consciente nuevas capacidades: estructurar, liderar y conseguir talento – incluyendo el digital- para la nueva empresa; comprender las oportunidades de mercado, y contar con una estrategia de adquisición de clientes rentable y de largo plazo”, explica Santiago Fernández, socio de McKinsey en España. “Una pregunta fundamental es conocer si se está satisfaciendo una necesidad importante del mercado. Con demasiada frecuencia la respuesta a esta pregunta es una suposición. Es crucial aplicar un enfoque Agile de prueba y error que integra metodologías centradas en el usuario”, añade.
Aunque la pandemia haya acelerado la tendencia de creación de nuevos negocios, la apuesta por el crecimiento orgánico ya despuntaba con anterioridad. un 74% de las compañías que apostaron por él, crecieron por encima de la media en sus sectores. De forma adicional, según el análisis, entre el conjunto de empresas que ya haya impulsado el crecimiento orgánico, hay un pequeño grupo de compañías que muestra tasas de éxito dos veces superiores que las de start-ups de gran potencial (24% versus 8%, respectivamente).