La pregunta que deben hacerse todos los profesionales dedicados a la privacidad y a la protección de datos en las empresas es: ¿Somos conscientes de cómo impacta el nuevo Reglamento Europeo General de Protección de Datos (GDPR) en las mismas? Ya no se puede demorar mucho más la respuesta, ya que este reglamento empezará a ser aplicable a partir del próximo 25 de mayo en 2018.
De hecho, en España un 44% afirma que están seguros de poder cumplir con la regulación, mientras que el 56% considera que no están del todo preparados.
Sin embargo, no es ésta la única regulación a la que tienen que hacer frente este tipo de profesionales. Por ello, el último estudio de Experian realizado por la consultora Forrester Consulting, ha dedicado parte de su investigación en analizar cómo las compañías afrontan las regulaciones respecto al tratamiento de datos ya existentes y las que están por venir como el nuevo Reglamento Europeo General de Protección de Datos. En este sentido, destaca que en España un 91% de los ejecutivos de alto nivel consideran una prioridad cumplir con las regulaciones o requerimientos legales.
Paralelamente, llama la atención que sólo un 16% de los directivos españoles creen que el uso de datos y análisis de los mismos está en consonancia con las expectativas regulatorias.
El GDPR como oportunidad y no solo obligación
Adoptar las prácticas recomendadas para la gestión de datos de acuerdo con el RGPD se traduce en una mejora de las interacciones entre las organizaciones y sus clientes. La adopción de las prácticas recomendadas representa una serie de oportunidades para el cumplimiento de las oportunidades normativas, el desarrollo de una visión única y completa del cliente, mejorar los análisis a partir de datos más fiables o incrementar la calidad global de los datos y la experiencia del cliente, entre otros factores.
Muchos de los procesos de gestión de datos que deben estar implantados antes del 25 de mayo de 2018, permitirán trabajar en pos de muchas de estas ventajas, fundamentalmente convirtiendo el proceso de cumplimiento en una oportunidad para las organizaciones.
Por ello, es esencial contar con la garantía de que las actividades previas a la implantación del GDPR se basen en fundamentos sólidos y fuertes de calidad de los datos y con la garantía del mantenimiento para crear un valor de negocio real en toda la organización mediante la optimización continua de la exactitud, calidad y usabilidad de los datos.