Como se nos recuerda constantemente, la COVID ha acelerado la digitalización tanto del trabajo como del ocio. Hemos observado cómo las organizaciones trasladan a la nube gran parte de sus sistemas de TI, confiando en los data centers para prestar los servicios necesarios que posibiliten este cambio. Si bien parece que esta tendencia ha venido para quedarse, un tema que no suele mencionarse es el incremento de las emisiones de carbono asociadas al negocio de los data centers, a medida que aumenta esta digitalización masiva.
No obstante, creo que estamos en un punto de inflexión y esto está a punto de cambiar. Los gobiernos están ahora sometidos a una presión generalizada para garantizar que nuestra recuperación económica pos-COVID sea sostenible y que los países europeos cumplan sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Con semejante transformación digital, es justo que la atención se centre en la reducción de las emisiones de carbono del sector y es hora de que la industria dé un paso al frente.
En OVHcloud, hemos identificado seis aspectos clave en los que debemos tomar medidas para que esto sea una realidad. Las siguientes medidas pueden servir de referencia a aquellas organizaciones que no estén seguras de cómo ni por dónde empezar a reducir las emisiones de sus data centers:
1. Establecimiento de objetivos
Es importante establecer objetivos que sean realistas y, a la vez, tengan impacto, así como que las organizaciones se responsabilicen de cumplirlos. Establecer objetivos concretos, elaborar una estrategia clara sobre las emisiones de carbono e identificar las principales esferas de actividad les ayudará a llevar un seguimiento de sus progresos y a identificar actuaciones y flujos de trabajo tangibles. Estas medidas podrían ser tan sencillas como aumentar el uso de energías renovables en los próximos nueve meses o, simplemente, apoyar la implantación de tecnologías neutras en carbono.
2. Madurez energética
La mayoría de los data centers ya han empezado a estudiar la posibilidad de utilizar más fuentes de energía renovables con el fin de reducir su consumo de agua y sus emisiones de carbono. La senda hacia la madurez energética implica equilibrar el aumento de las inversiones financieras, el riesgo y el posible impacto en las operaciones respecto a los beneficios de emplear energías renovables. Un aspecto a tener en cuenta es elegir bien el emplazamiento del data center. En OVHcloud, por ejemplo, buscamos regiones que dispongan de una fuerte combinación de energías renovables en la red de suministro y, a más a largo plazo, que permitan colaborar con organizaciones que ofrezcan proyectos de fuentes renovables de gran calidad a nivel de red regional.
3. Optimización de agua, energía y carbono
Una visión tradicional de las operaciones de los data centers compara el rendimiento de los servicios prestados con las ganancias en términos de eficiencia energética. Sin embargo, hoy en día, la planificación de la sostenibilidad se está convirtiendo rápidamente en un elemento integral del diseño y del funcionamiento de los data centers, que puede reducir los costes y los riesgos relacionados con el agua, la energía y el carbono (WEC, por sus siglas en inglés). Es posible reducir el perfil de WEC mediante tecnología de refrigeración por agua en circuito cerrado, que lleva refrigeración líquida a la CPU, y mediante refrigeración por aire ambiente. De cara al futuro, los data centers también pueden incorporar métricas de los servidores en las medidas de las instalaciones para tener una visión más holística del data center.
4. Economía circular
El sector de los data centers está bien posicionado para capitalizar el concepto de “economía circular”, pero para ello debe plantearse la reutilización, el reciclaje y el suprarreciclaje de sus componentes. Por ejemplo, los nuevos data centers pueden ubicarse en instalaciones industriales existentes y reutilizar racks y servidores para reducir el carbono que ya llevan asociado las nuevas construcciones. El análisis de ciclo de vida (ACV) se está convirtiendo en una forma estandarizada de medir el impacto de un producto, desde su creación hasta el final de su vida útil, pasando por su utilización. Afortunadamente, la mayoría de las organizaciones ya están reciclando las partes que no se pueden reutilizar.
5. Ampliar el ACV a la cadena de suministro para mejorar el impacto del carbono
En el futuro, las empresas pueden seguir siendo más eficientes mejorando también sus cadenas de suministro de modo que aprovechen todo el ecosistema del data center para optimizar el rendimiento. OVHcloud, por ejemplo, va a desarrollar un Código de conducta de sostenibilidad para proveedores, lo cual ampliará los requisitos medioambientales a lo largo de su cadena de suministro. Para empezar, ya está impulsando el embalaje sostenible y el transporte de bajo impacto en el curso de sus propias operaciones.
6. Educar a los clientes para incrementar el impacto ecológico
Aunque, en última instancia, los proveedores de servicios cloud tienen poco control directo sobre los hábitos de uso de los clientes, es posible desarrollar métricas energéticas que proporcionen a los usuarios de soluciones cloud la visibilidad que necesitan para optimizar sus cargas de trabajo y, así, reducir el consumo de energía. Es algo que OVHcloud está estudiando.
Continuar con las prácticas tradicionales ya no es una opción para el sector de los data centers. Es hora de que el sector se ponga manos a la obra y se esfuerce por cumplir las recomendaciones de la UE para el 2030 en materia de data centers climáticamente neutros, como estipula el Pacto Verde Europeo. Espero sinceramente que el resto del sector siga nuestro ejemplo, si no a la hora de apostar por la neutralidad en emisiones de carbono, sí al menos en trabajar para reducir su huella de carbono.