Opinión

Tendencias, retos y oportunidades de los centros de datos para 2023



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Se calcula que en los 12 meses posteriores a la declaración del ‘Estado de Alarma’ en España, el tráfico en Internet creció hasta un 50%

Artículo publicado el 13 mar 2023

Pablo Ruiz Escribano

VICEPRESIDENTE DE LA DIVISIÓN DE SECURE POWER DE SCHNEIDER ELECTRIC



Pablo Ruiz Escribano Schneider Electric
Pablo Ruiz Escribano Schneider Electric

Los centros de datos están experimentando un momento de “explosión” provocado por el nacimiento o la consolidación de múltiples tecnologías. Desde la automatización y la robótica hasta la expansión del Edge, la IA y el IoT, pasando por la infraestructura del Vehículo Eléctrico y la aceleración del 5G, por mencionar algunas. Estas tecnologías están aumentando exponencialmente la cantidad de datos a gestionar y almacenar, en todo el mundo, exigiendo más conectividad y capacidad computacional. Tanto es así, que Intel prevé que necesitaremos multiplicar por 1.000 la potencia de cálculo actual.

Los centros de datos en España

Los centros de datos ya fueron claves en España durante la pandemia. Se calcula que en los 12 meses posteriores a la declaración del ‘Estado de Alarma’ en España, el tráfico en Internet creció hasta un 50%. Y, sin embargo, gracias a la resiliencia de nuestros centros de datos, junto a la infraestructura de telecomunicaciones y a la eléctrica, pudimos mantener este nivel de digitalización sin precedentes, sin tener que sufrir ni fallos ni lentitud de conexión.

Actualmente, la potencia instalada en España asciende a 113 MW, el 91% de los cuales están en el área de la capital, pero se prevé que esta experimentará un crecimiento exponencial, con un incremento medio anual del 43,24% hasta alcanzar los 621 MW de capacidad en 2026, con una inversión directa cercana a los 7.000 millones de euros hasta el mismo año, según Spain DC.

Este crecimiento de los centros de datos conlleva una serie de retos que, en España, se convierten en oportunidades

Estas infraestructuras, además, están atrayendo y atraerán aún más hubs tecnológicos de gran valor, que a su vez generan riqueza, ecosistemas innovadores y talento especializado. Por otro lado, también cabe mencionar que es mucho más eficiente que este tipo de infraestructuras se encuentren relativamente concentradas en el territorio, algo que ayuda a optimizar aspectos como la eficiencia, el mantenimiento y los servicios.

Como es lógico, este crecimiento de los centros de datos también supondrá un incremento de la demanda de energía, de suelo, de conectividad y de capital humano, lo que conlleva una serie de retos que, en España, se convierten en oportunidades.

Pensemos en el reto relativo al suelo: muchas ciudades se están encontrando con problemas de costes y accesos, permisos, trámites, etc. y especialmente en los FLAPs europeos, ya muy explotados. Este es uno de los motivos por el que España y Portugal se han convertido en zonas con un gran potencial de futuro y el foco de muchos proyectos e inversiones, sin la amenaza de la saturación de otros mercados.

El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) nos señala además como el séptimo país más digitalizado de Europa, lo que nos hace también muy atractivos para todo el ecosistema Cloud.

Este incremento exponencial de demanda interna, junto con el hecho de que contamos con una posición geopolítica extraordinaria, un gran número de cables submarinos que nos unen con otras regiones del mundo y la mayor red de fibra óptica de Europa, hace que España tenga la oportunidad de convertirse en uno de los principales Hubs digitales del continente.

Además, si tenemos en cuenta que la factura energética ha pasado de representar un 40% a un 60% de los costes, contar uno de los costes más bajo de la energía en Europa supone una ventaja añadida. Adicionalmente, contamos con excelentes relaciones con zonas estratégicas como Norteamérica y zonas emergentes como el Norte de África y Sudamérica.

Eso sí, una de las tendencias más evidentes que estamos notando en el sector es la velocidad de comercialización como principal prioridad actual: se necesitan más MWs y más rápidamente que nunca.

Centros de datos prefabricados

Una de las necesidades que surgen para el despliegue rápido de esta estructura es la estandarización y la replicabilidad. En este sentido, la mejor solución es un centro de datos prefabricado. Una de las principales ventajas de este sistema es que su implementación es más rápida que la de un centro de datos tradicional, pues no hay que realizar obra civil. En este sentido, el tiempo de entrega se reduce a la mitad; actualmente, se pueden suministrar centros de datos en tan solo 12 semanas, permitiendo desarrollar los proyectos más rápidamente y de forma más flexible que un centro de datos convencional. Otras de las ventajas de estos centros de datos prefabricados es su coste (un 15% inferior al de los data center convencionales), su eficiencia, su vida útil (hasta 20 años) y, ligado a lo anterior, el rápido retorno de la inversión.

Los centros de datos serán sostenibles

Y, finalmente, no olvidemos otra ventaja de relieve en nuestro territorio: se prevé que el 83% de la producción eléctrica de España provendrá de fuentes renovables para 2030. Una cifra que habilitará enormemente los esfuerzos del sector para ser más sostenible. Por ejemplo, y en específico, a través de PPAs físicos, que permiten el suministro de energía renovable y la entrega de Certificados de energía renovable (EACs) desde una planta de producción específica hasta las mismas instalaciones del cliente final, a través de la red eléctrica.

Cabe decir que los centros de datos históricamente han tenido bajas emisiones de Alcance 1, ya que desde el principio han estado obsesionados por optimizar su PUE, y que llevan trabajando desde hace mucho tiempo en reducir las de Alcance 2, avanzando en el consumo de energía de origen renovable, gracias también a instrumentos como los Acuerdos de Compra de Energía o PPAs y, en definitiva, en su descarbonización. De hecho, su compromiso es de ser Cero Netos en 2030, muy por delante de otros sectores.

El reto actual es enfocarse en el Alcance 3, que representa un 85% de las emisiones de los centros de datos, es decir, el de las emisiones indirectas provenientes de la cadena de valor, algo imprescindible para la competitividad en el mercado. Por lo tanto, toda la cadena de valor debe integrarse en la estrategia de sostenibilidad del Centro de Datos.

El compromiso del sector en este sentido se ha visto reforzado con la creación de la coalición Infrastructure Masons Climate Accord. iMasons, asociación profesional sin ánimo de lucro, ha creado esta cooperativa de más de 50 empresas, entre las que se encuentra Schneider Electric, para reducir el carbono en los materiales, productos y energía de las infraestructuras digitales. La misión de este acuerdo es estandarizar el cálculo global del carbono de la infraestructura digital, para ayudar el sector a lograr la neutralidad del carbono.

En definitiva y teniendo en cuenta los retos y tendencias anteriores, para el sector de los centros de datos en España será clave maximizar la agilidad, la flexibilidad y la sostenibilidad de las infraestructuras, sin olvidar que lo primero es la resiliencia. Estamos en un punto de inflexión. Por delante tenemos grandes retos que afrontar, pero también oportunidades enormes que aprovechar.

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