De acuerdo a la edición de 2024 del Informe State of Application Strategy Report (SOAS) de F5, que se publica por décimo año consecutivo, la proporción de aplicaciones modernas llegará al 60% en 2025, antes de alcanzar su máximo en alrededor del 85%. Es probable que las aplicaciones tradicionales sigan estando presentes en sectores como el de servicios financieros, formando parte de infraestructuras de misión crítica.
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La era API ha llegado
El enorme crecimiento de las aplicaciones modernas y sus microservicios han provocado también un incremento exponencial en la cantidad de API. Así, las empresas con unos ingresos anuales superiores a los 10.000 millones de dólares afirman que en la actualidad gestionan de media más de 1.000 aplicaciones y casi 1.400 API. Aunque hay un pequeño grupo que dice que el número de API que administra supera las 10.000.
El 90% de los encuestados en el informe de F5 declara gestionar menos de 200 aplicaciones, una cantidad que tiende a disminuir a medida que las compañías avanzan en sus procesos de transformación digital. Por el contrario, la cantidad de API no hace más que aumentar. Más de un tercio de los profesionales encuestados (41%) administran, al menos, tantas API como apps.
Este escenario se debe a que las API se han convertido en una realidad para las empresas que consolidan aplicaciones, automatizan procesos y buscan integrar la IA en sus modelos de negocio. El informe SOAS de F5 muestra cómo la cantidad media de API aumenta un 5% en cada etapa sucesiva de los procesos de transformación digital.
La proliferación de API está llevando a las organizaciones a adoptar nuevos métodos para gestionar y proteger adecuadamente sus redes en crecimiento. Casi todas (95%) han implementado API gateways para proporcionar autenticación, validar solicitudes y limitar el tráfico. Mientras que cerca de la mitad (43%) ha automatizado su infraestructura de seguridad tanto para aplicaciones como para API.
Las operaciones multicloud son la nueva normalidad
Otro hallazgo clave del informe SOAS de este año es que, ya sean modernas o tradicionales, las aplicaciones actuales y las API que las acompañan se están implementando de manera abrumadora en entornos multicloud.
Así, casi el 90% de las organizaciones dicen operar, en estos momentos, en entornos multicloud. De hecho, más de un tercio de los encuestados (38%, casi el doble que en 2023) operan aplicaciones implementadas en seis entornos diferentes. En 2020, sólo el 18% utilizaba cinco entornos. Con las aplicaciones más distribuidas que nunca, su gestión se vuelve cada vez más desafiante.
En cuanto a los retos actuales, la principal dificultad, al igual que en 2023, es gestionar la complejidad operativa. En el día a día, esto implica múltiples herramientas y paneles, soluciones y políticas de seguridad personalizadas, falta de visibilidad del estado de las aplicaciones, demasiados proveedores y telemetría atrapada en silos.
La migración de aplicaciones entre entornos ha pasado del quinto lugar el año pasado a convertirse en el segundo desafío más citado, y alrededor de un tercio de los encuestados todavía luchan con la seguridad multicloud, una preocupación constante desde al menos 2017.
La visibilidad de las aplicaciones, otra preocupación persistente, se sitúa en el medio del grupo este año. Estos cambios sugieren que algunas organizaciones están afrontando esos dos desafíos, seguridad y visibilidad, con soluciones de Seguridad como Servicio (SECaaS). En este contexto, la urgencia de aliviar la complejidad da como resultado que las redes multicloud aparezcan como la tercera tendencia más interesante de las organizaciones por segundo año consecutivo.