Spain DC ha constatado que la industria de los centros de datos no ha registrado incidentes durante los meses de verano a pesar de las olas de calor que ha sufrido el país, con temperaturas que han superado los 45 grados en algunas zonas. La patronal destaca que esta ausencia de incidentes confirma la robustez de toda la red de centros de datos en España y la confiabilidad en la continuidad de los servicios que presta.
Los principales factores que han contribuido a este logro son la implementación de sistemas de enfriamiento avanzados, fuentes de energía redundantes, monitoreo constante y mantenimiento preventivo. En este sentido, los centros de datos en España están en la vanguardia mundial en el uso de sistemas de aire o de agua enfriada para refrigerar sus equipos y salas IT.
Según Manuel Giménez, director ejecutivo de Spain DC: “Durante los meses de verano, cuando las temperaturas y las demandas eléctricas alcanzan sus niveles máximos, la infraestructura crítica de los centros de datos es sometida a pruebas rigurosas. El resultado es que a pesar de las olas de calor que hemos sufrido en estos meses, no se han detectado fallos que hayan afectado a la disponibilidad de servicios. Una ausencia de incidentes que demuestra la solvencia y seguridad que ofrece nuestra industria”.
La importancia de contar con sistemas de refrigeración adecuados
Dentro de la de refrigeración por aire, las técnicas más usadas son el enfriamiento del aire exterior y el enfriamiento por aire recirculado. En el caso de la refrigeración por agua, el procedimiento más habitual es el enfriamiento directo por agua, y en mucha menor medida por inmersión, una técnica que comienza a implantarse en España. En estos momentos también se trabaja en otras nuevas vías a través de la refrigeración por evaporación o la inmersión en aceite mineral.
Sin un sistema efectivo de refrigeración, los equipos electrónicos albergados dentro de los servidores que se alojan en un data center pueden sufrir estrés térmico, provocando una ralentización en su capacidad de procesamiento, que en los últimos años ha experimentado un crecimiento sin precedentes debido al aumento en la demanda de red, volumen de datos tratados, y la capacidad de computación. Esto ha supuesto un incremento de la capacidad de los servidores instalados y, en consecuencia, del calor que estos generan.