La sociedad digital ya vive con aplicaciones móviles que habilitan experiencias conectadas, y la evolución en el desarrollo de sensores permite que los espacios puedan ser “inteligentes” y activen acciones en sistemas que no sólo pueden ser ‘smart’, sino también autónomos. Vivimos en un universo sin pantallas, con ambientes y cosas conectadas que se comunican para las personas. La digitalización ha traído consigo chatbots, asistentes virtuales, dispositivos que escuchan, entienden y hablan, y equipos autónomos capaces de habilitar experiencias conectadas en las que facilidad de uso, conveniencia, opciones y control serán los nuevos drivers de la fidelización de los clientes.
Con el avance tecnológico, cada vez son más los dispositivos conectados con sensores que ofrecen funcionalidades casi ilimitadas para conectar experiencias. La existencia de estos sensores en nuestras pertenencias abarca desde productos electrónicos (coches, teléfonos, electrodomésticos, etc.) hasta ajenos en este mercado (zapatillas, camisetas, pantalones, etc.). Es decir, es bastante probable que dentro de no mucho tiempo podamos emplear sensores corporales como si de un “tatuaje digital” se tratase para conectarnos a través de nuestro cuerpo, utilizando nuestros sentidos de una manera mucho más digital.
Los avances en el procesamiento del lenguaje natural permiten que nos comuniquemos mediante gestos, lenguaje escrito o voz con todo el ecosistema de “cosas conectadas”, lo que las permite participar y ser protagonistas de múltiples experiencias. No es un secreto que la tecnología está cada vez más presente en nuestro día a día, haciendo posible que las personas cambien la manera de interactuar con ella para vivir en un mundo totalmente conectado en el que se usan dispositivos con la capacidad de comunicarse entre sí para optimizar nuestro tiempo y esfuerzo a la vez que ofrecen los beneficios de la tecnología moderna.
Chatbots y asistentes virtuales han llegado para mejorar la experiencia y la comunicación
De esta manera, los dispositivos actuarán como una extensión de la persona para que estas puedan experimentar la vida aumentada y extendida en el universo digital, respetando la privacidad y las preferencias de todos y cada uno de los individuos. Por otro lado, es evidente que los chatbots, asistentes virtuales y equipos autónomos han cambiado -y siguen haciéndolo- la forma en la que interactuamos con las marcas. Y es que son tecnologías pensadas por y para mejorar la experiencia de los usuarios y con el fin de generar una comunicación más fluida, rápida y efectiva.
Además, los chatbots y asistentes virtuales pueden ofrecer información personalizada a los usuarios empresariales, lo que les permite tomar mejores decisiones basadas en los datos. Es decir, informadas e inteligentes. El concepto, por lo tanto, ahora es otro. No vamos a vivir en un mundo de Big Data en el que se coleccionan datos, sino en uno conectado donde usamos Smart Data.
En este nuevo universo, los datos están conectados y podemos acceder a ellos en función de nuestras necesidades.
