La UPC desarrolla una nueva red de acceso de fibra óptica

Se trata del proyecto Coconut y el objetivo es que llegue a los hogares de forma más rápida, que acepte más dispositivos conectados y que amplíe la zona de alcance. La tecnología se ha presentado a la UIT para que pueda convertirse en un estándar.

Publicado el 22 Mar 2016

Los investigadores ultimando los detalles antes de la prueba piloto realizada en Pisa.

La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), junto con otras siete entidades y empresas europeas, han desarrollado un nuevo tipo de red de acceso, utilizando el cableado actual, con el objetivo de que la fibra óptica llegue a los hogares de manera más rápida, que acepte más dispositivos conectados y que amplíe la zona de alcance. En el marco de un proyecto europeo, se ha realizado una prueba piloto en la ciudad italiana de Pisa.

El objetivo del proyecto Cost-effective coherent ultra-dense-WDM-PON for lambda-to-the-user access networks (Coconut), con la dirección técnica de Josep Prat, investigador del Grupo de Comunicaciones Ópticas de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), y liderado por la Scuola Superiore Santa Ana de Pisa (Italia), es conseguir una red de acceso de fibra óptica que multiplique la capacidad de información de las redes actuales, caracterizadas por tener una sola longitud de onda compartida por muchos usuarios. El sistema desarrollado se basa en el concepto de longitud de onda en el hogar, mediante el cual se pueden adecuar las redes de fibra óptica ya existentes -cada vez más expuestas-, a un crecimiento exponencial de uso y de conexiones a Internet desde dispositivos diversos.

Aplicando los sistemas desarrollados a través del proyecto Coconut las redes podrán aceptar más dispositivos, hasta 256 conectados a una velocidad de 1.250 megabytes por segundo cada uno, ofreciendo una conectividad más rápida y haciendo que el servicio llegue a zonas que actualmente no disponen de este tipo de conexión. Con las redes actuales se pueden conectar hasta 32 dispositivos a una velocidad máxima de 80 megabytes por segundo.

Se trata, en definitiva, de utilizar las redes existentes de cableado actual para dar respuesta a la creciente demanda de acceso mejorando al mismo tiempo la calidad del servicio, que iría directamente a los hogares y en las antenas. Actualmente, los dispositivos que se conectan a las redes van desde los ordenadores, los teléfonos inteligentes y las tabletas, pasando por televisores inteligentes y electrodomésticos, capaces todos ellos de descargar vídeos en alta resolución, fotografías o mantener conversaciones en línea, acciones impensables hace unos años.

“La prueba de campo de los sistemas desarrollados (equipos de usuario y equipos de central) durante la investigación del proyecto Coconut se ha realizado con éxito, el mes de febrero, conectándolos a una red pública de fibra óptica de la ciudad italiana de Pisa”, explica el investigador Josep Prat, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de Barcelona de la UPC. “Tanto los evaluadores de la Unión Europea como los usuarios de la prueba piloto han valorado positivamente los resultados que se han obtenido en Pisa, cuando se ha puesto en marcha el proyecto después de tres años trabajando”. A partir de aquí, está previsto que el nuevo sistema se desarrolle industrialmente para comercializarlo por parte de las empresas del consorcio del proyecto. Además, “se ha presentado a la Unión Internacional de Telecomunicaciones para que haga la valoración y pueda ser un estándar y que en un futuro prolifere su despliegue en las ciudades”, añade el investigador.

Coconut, financiado con cuatro millones de euros, se enmarca en las acciones de proyectos específicos de investigación focalizados, Specific Targeted Research Projects (STREP), del 7º programa marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Unión Europea, destinados a demostrar la viabilidad de nuevas tecnologías o de aprender más sobre productos, procesos o servicios existentes.

La UPC es una de los ocho impulsores del proyecto, que proceden de cinco países europeos: España, Francia, Grecia, Reino Unido y Suecia. Por parte de la Universidad, también han participado, además de Josep Prat, los investigadores Ivan Cano, Victor Polo, Vicent Sales y Josep Segarra, del grupo de Comunicaciones Ópticas, así como cinco estudiantes de doctorado del mismo grupo de investigación.

El resto de participantes son la Escuela Superior de Santa Ana de Pisa (donde se ha hecho la prueba del proyecto); el Centro Athens Information Technology (AIT) y el laboratorio Optronics, de Grecia; la empresa Ericsson, con sede en Suecia; la catalana Promax Electrónica, con sede en Hospitalet de Llobregat; el laboratorio francés III-V Lab y la teleoperadora inglesa British Telecom.

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Cristina Albarrán

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