Las olas de calor que hemos vivido este año no son algo puntual. Cualquiera que haya vivido el verano de 2022 es consciente de que el cambio climático está empujando el termómetro hacia arriba. Ante esta realidad, el reto de mantener fríos los centros de datos se vuelve más complicado y caro, además de suponer un uso intensivo de energía. La demanda de electricidad para enfriar los centros de datos repercute en otras infraestructuras, como por ejemplo se ha comprobado en Londres este verano, donde la construcción de nuevas viviendas se ha visto afectada por la gran cantidad de energía que exigen los centros de datos. Y, con los volúmenes de datos creciendo, esta necesidad no hará más que aumentar.
Para quienes estamos en el mundo del almacenamiento y el procesamiento de datos, mantener los sistemas fríos no es un reto nuevo. Cualquier responsable de un centro de datos está familiarizado con el hecho de que hay que equilibrar un consumo eléctrico eficiente y unas temperaturas constantes con la satisfacción de las necesidades de la empresa. Y, aunque existen numerosas tecnologías avanzadas que pueden ayudar con la refrigeración, estas pueden ser difíciles de implementar o de integrar en los centros de datos ya existentes. Por suerte, se pueden explorar algunas estrategias pragmáticas y sostenibles como parte de una solución integral.
Se ha comprobado en Londres este verano que la construcción de nuevas viviendas se ha visto afectada por la gran cantidad de energía que exigen los centros de datos
Mantener el aire más frío en circulación
Aunque resulte obvio, un buen sistema de aire acondicionado debería ser un elemento clave en cualquier centro de datos. Por ello, es preocupante leer que hay instalaciones que hayan tenido que recurrir a mangueras para garantizar que los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) puedan hacer frente a las altas temperaturas. Para quienes tienen esta posibilidad, construir los centros de datos en climas más fríos puede ayudar mucho a reducir la carga generada por la refrigeración. Sin embargo, como es lógico, para muchas compañías esta no es una opción práctica.
Asegurarse de que los sistemas HVAC tienen una alimentación eléctrica estable es un requisito básico. Los generadores de respaldo son una precaución necesaria para la continuidad operativa y la planificación de contingencias —tanto para las tecnologías de refrigeración como para los recursos de computación y almacenamiento—. Los planes de continuidad operativa y de recuperación tras desastres ya deberían contemplar qué hacer en caso de que se produzca un corte del suministro eléctrico (y de la fuente de alimentación de reserva).
Si, como todo apunta, las temperaturas siguen subiendo, vale la pena utilizar un hardware más duradero y fiable. El almacenamiento flash, por ejemplo, normalmente soporta mucho mejor los aumentos de temperatura que las soluciones de disco mecánico. Esto significa que los datos se mantienen seguros y que el rendimiento permanece constante, incluso con unas temperaturas elevadas.
El almacenamiento flash, por ejemplo, normalmente soporta mucho mejor los aumentos de temperatura que las soluciones de disco mecánico
Sugerencias para reducir el consumo energético
A continuación, tres estrategias que las organizaciones de TI deberían tener en cuenta ya que, si se combinan, pueden ayudar a reducir las necesidades energéticas y de refrigeración de los centros de datos:
- Soluciones más eficientes – Es algo totalmente evidente: cada componente de hardware usa energía y genera calor. Por lo tanto, las organizaciones deben elegir un hardware que les aporte más y que ocupe menos espacio en el centro de datos, lo que ayuda de inmediato a mantener las temperaturas —y, por lo tanto, los costes de refrigeración— a raya. En este sentido, las organizaciones de TI cada vez se fijan más en la eficiencia energética cuando seleccionan los componentes de su centro de datos. Por ejemplo, en el mundo del almacenamiento y el procesamiento de los datos, entre los indicadores clave que se evalúan actualmente están la capacidad por vatio y el rendimiento por vatio. Por otro lado, como el almacenamiento de datos representa una parte muy importante del hardware de los centros de datos, el hecho de pasarse a unos sistemas más eficientes puede reducir significativamente el consumo eléctrico y de refrigeración.
- Arquitecturas desagregadas – Ahora recurrimos al almacenamiento con conexión directa y a los sistemas hiperconvergentes. Muchos proveedores hablan de las eficiencias que se consiguen combinando los sistemas de computación y almacenamiento en una HCI (infraestructura hiperconvergente). Es totalmente cierto, pero esa eficiencia tiene que ver básicamente con las implementaciones rápidas y con la reducción del número de equipos que participan en el despliegue de esas soluciones. Esto no significa, necesariamente, que se logre una mayor eficiencia energética. De hecho, el almacenamiento con conexión directa y los sistemas hiperconvergentes desperdician bastante energía. Entre otras cosas, las necesidades de computación y de almacenamiento rara vez crecen al mismo ritmo. Por ello, algunas organizaciones acaban sobreaprovisionando la parte de computación de la ecuación para satisfacer las necesidades crecientes del almacenamiento. A veces también pasa lo mismo desde el punto de vista del almacenamiento y, en ambos casos, se acaba desperdiciando mucha energía. Si la computación y el almacenamiento están separados, es más fácil reducir el número total de componentes que necesita la infraestructura —y, por lo tanto, también se reducen las exigencias energéticas y de la refrigeración—. Además, el almacenamiento con conexión directa y las soluciones hiperconvergentes suelen crear silos de infraestructura. Es muy difícil hacer que la capacidad no utilizada de un clúster esté disponible en los otros clústeres y esto aún genera más sobreaprovisionamiento y desperdicio de recursos.
- Aprovisionamiento en el momento oportuno – El enfoque tradicional del aprovisionamiento, basado en las necesidades de los 3 ó 5 años siguientes, ya no es adecuado. Este enfoque hace que las organizaciones acaben manteniendo mucha más infraestructura de la que necesitan de inmediato. Sin embargo, los modernos modelos de consumo bajo demanda y las herramientas de implementación automatizadas permiten que las empresas escalen la infraestructura de sus centros de datos fácilmente a medida que pasa el tiempo. La infraestructura se aprovisiona en el momento oportuno en vez de por si acaso, lo que evita tener que alimentar y enfriar componentes que no van a necesitarse en meses o incluso en años.
La mayoría de las veces, para mantener los centros de datos fríos basta con contar con un aire acondicionado fiable y un plan de contingencias sólido. Sin embargo, en todas las instalaciones, cada fracción de grado que la temperatura aumenta genera también un pequeño incremento de la tensión soportada por el equipamiento. Los sistemas de refrigeración alivian el estrés de los bastidores y las pilas, pero ningún responsable de centro de datos quiere que estos sistemas estén sometidos a una tensión adicional, que es lo que ha ocurrido este verano con las olas de calor.
Entonces, ¿por qué no se toman medidas para reducir los volúmenes del equipamiento y la generación de calor? Si podemos minimizar los costes de funcionamiento, simplificar y enfriar nuestros centros de datos y reducir nuestro consumo energético —todo a la vez—, creo que no deberíamos ni siquiera plantearnos esta pregunta.