La Unión Europea está en un momento crucial para transformar su industria y acelerar la descarbonización con el nuevo “Clean Industrial Deal“, un conjunto de medidas clave que busca equilibrar la competitividad industrial con la transición energética. Según un análisis de EY, este plan tiene como base el informe Draghi, que destaca la necesidad de innovación, descarbonización y seguridad económica para fortalecer el crecimiento a largo plazo del bloque comunitario.
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Un impulso para la electrificación industrial
Uno de los pilares del Clean Industrial Deal es la electrificación de la demanda de calor en la industria, en especial para procesos que requieren temperaturas inferiores a 500°C, donde la tecnología ya permite una transición eficiente. Este cambio permitiría reducir la dependencia del gas natural y aumentar la seguridad energética, al tiempo que se favorecen fuentes renovables como la solar y la eólica. Según el análisis del informe, electrificar estos procesos podría representar una inversión inicial de 52.000 millones de euros en incentivos, financiables con un porcentaje de los ingresos anuales del sistema de comercio de emisiones de la UE (ETS).
España enfrenta dificultades para la transición
A pesar de su ventaja en energías renovables, España enfrenta obstáculos en la transición energética. El Real Decreto 1048/2013 limita la inversión anual en redes eléctricas al 0,13% del PIB nacional, dificultando el desarrollo de infraestructuras necesarias. Además, la interconexión submarina con Francia en el Golfo de Vizcaya ha sufrido importantes retrasos, lo que impide una mayor integración del mercado energético.
Por otro lado, se han implementado mecanismos como el Fondo Español de Reserva para Garantías de Entidades Electrointensivas (FERGEI), que ayuda a las industrias a firmar contratos de energía renovable a largo plazo, facilitando así la competitividad industrial en un entorno de altos costos eléctricos.
Medidas del “Clean Industrial Deal”
El plan también contempla medidas transversales para garantizar la competitividad industrial, como:
- Reducción del coste de la electricidad, eliminando impuestos y cargos adicionales en la factura eléctrica y facilitando contratos de compraventa de energía (PPA) entre industrias y productores renovables.
- Aceleración del despliegue de energías renovables, simplificando los permisos y aumentando las inversiones en redes eléctricas.
- Fortalecimiento de la seguridad energética, con mayor generación local de energía para reducir la dependencia de combustibles fósiles importados.
- Incentivos específicos para sectores críticos, como la producción de acero y aluminio mediante hornos de arco eléctrico.
Un plan con impacto económico y ambiental
Según las proyecciones, implementar el Clean Industrial Deal podría generar beneficios económicos significativos, mejorando la competitividad de la industria europea y asegurando empleos de calidad en el sector tecnológico y manufacturero. Además, esta estrategia reduciría la volatilidad de los precios energéticos, protegiendo a las empresas y consumidores de crisis como la vivida en 2022 con el alza del gas.
Con este ambicioso plan, la UE busca consolidar su liderazgo en tecnologías limpias, atrayendo inversiones y reforzando su independencia energética frente a otras potencias como China y Estados Unidos. A medida que avancen las negociaciones y la aplicación de estas medidas, la clave estará en cómo los Estados miembros logran coordinar sus esfuerzos para garantizar una transición justa y eficiente para toda la industria europea.
