En 2007 Google alcanzó por primera vez la neutralidad en carbono y desde 2017 compraron energía solar y eólica suficiente para igualar el 100% de su consumo global de electricidad. Ahora la compañía toma impulso de estos avances para alcanzar un nuevo objetivo de sostenibilidad: hacer que en 2030 Google funcione con energía libre de emisiones de carbono las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en todo el mundo. La compañía ha publicado los datos relativos a su desempeño en relación con este objetivo, por lo que sus clientes ya pueden elegir las regiones de Google Cloud en base a su uso de energía sin emisiones de carbono.
La descarbonización completa del suministro de electricidad de su centro de datos es el próximo paso fundamental para lograr un futuro sin carbono y ofrecer a los clientes de Google Cloud la nube más limpia del sector. En el camino hacia este objetivo, cada región de Google Cloud utilizará una combinación energética en la que la energía sin carbono se irá imponiendo progresivamente a la de origen fósil. Para medir sus avances en este camino, la compañía utiliza el índice CFE% (Porcentaje de Energía Libre de Carbono) y ha publicado en su blog y en GitHub el CFE% promedio por hora para la mayoría de las regiones de Google Cloud.
Clientes como Salesforce ya tienen en cuenta el impacto ambiental en su estrategia de TI y trabajan para descarbonizar los servicios que brindan a sus clientes. Patrick Flynn, vicepresidente de sostenibilidad de Salesforce, está decidido a aprovechar la cultura de innovación propia de esta empresa para abordar el cambio climático. En palabras del propio Flynn: “En Salesforce creemos que debemos aprovechar el poder de la innovación y la tecnología en toda la relación con el cliente para abordar el reto del cambio climático. Gracias al nuevo índice CFE% de Google, podemos priorizar las ubicaciones que utilizan más energía sin carbono, reduciendo así nuestra huella y ofreciendo a todos nuestros clientes, todos los días, una nube neutral en carbono”.
Google ha decidido publicar estos datos para que las empresas, al igual que Salesforce, puedan tener en cuenta las emisiones de carbono a la hora de decidir dónde ubicar sus servicios en sus infraestructuras. Al igual que puede haber diferencias entre las regiones de Google Cloud en cuanto a precio y latencia, también las hay en cuanto a las emisiones de carbono que genera la producción de electricidad en esas regiones.
El CFE% indica, en promedio, con qué frecuencia, cada hora, se ha utilizado energía limpia en una región. Aumentar al máximo la cantidad de energía limpia que consume una aplicación o trabajo de su empresa contribuirá a reducir las emisiones brutas de carbono que genera. Obviamente, todas las regiones son evaluadas con respecto al objetivo de un 100% anual de energía sin emisiones de carbono, por lo que el CFE% muestra en qué medida el suministro de energía limpia iguala nuestra demanda. Una región con menor puntuación trabaja un mayor número de horas al año sin igualar su consumo con energía limpia local.
Según se va trabajando para aumentar el CFE% de cada región de Google Cloud, las empresas pueden beneficiarse de aquellas que ostentan un mayor porcentaje de energía libre de carbono. Obviamente, también deberán tener en cuenta sus necesidades en cuanto a redundancia, rendimiento y residencia de datos, pero aquí Google indica algunas maneras eficaces de reducir las emisiones brutas de carbono generadas:
1. Elegir una región con menos emisiones para las nuevas aplicaciones. Una vez creadas, las aplicaciones en la nube suelen dejarse en su sitio, así que, para crear y ejecutar nuevas aplicaciones, las empresas pueden elegir la región con el mayor CFE% entre las que estén a su alcance.
2. Ejecutar trabajos por lotes en una región con menos emisiones. El trabajo por lotes suele planificarse con antelación, por lo que, si una empresa elige la región con el CFE% más elevado, aumentará la cantidad de energía limpia utilizada para ese trabajo.
3. Establecer normas internas de ubicación de recursos. Las empresas pueden establecer unas normas internas para que la ubicación de recursos en la nube quede restringida a una determinada región o subconjunto de regiones. Por ejemplo, en el supuesto de que una compañía quiera utilizar solo regiones de los Estados Unidos, al restringir la ejecución del trabajo a Iowa y Oregón (que actualmente tienen los mejores CFE%), en lugar de a Las Vegas y Carolina del Sur, la frecuencia media con la que se utilizaría energía limpia para su aplicación sería un 68% mayor.
Pero la energía más limpia es, de entrada, la que no se utiliza. Una mayor eficiencia de las aplicaciones en la nube se traducirá en un menor consumo de energía y, a menudo, en menos emisiones. Las empresas pueden probar productos sin servidor que se adapten automáticamente al volumen de trabajo y seguir las recomendaciones de dimensionamiento para las necesidades informáticas de cada empresa.