La seguridad es uno de los negocios inevitablemente en alza y esta firma de origen israelí pretende responder a todos los desafíos globales de este ámbito, una tarea que en estos tiempos se puede calificar de titánica habida cuenta de las innumerables amenazas y diversidad de malware que proliferan por doquier.
Mario García, director general de Check Point para España y Portugal, muestra un talante optimista, respaldado por los ingresos cosechados por su compañía el pasado año. “En 2014 nos portamos mejor que el resto de la corporación, una vez más; para este año, las expectativas de la compañía son grandes, estamos creciendo en Portugal, de tal manera que vamos a contratar cinco profesionales, de perfil técnico y comercial”, explica.
El incremento previsto es de dos dígitos, “y el primero de ellos no será un uno”, comenta subrepticiamente el directivo, para quien el reto resulta importante, “cuando eres el líder es muy difícil crecer”. Pero las condiciones son favorables, “el tema de la seguridad TI está saliendo del armario y del mundo tecnológico. El robo de tarjetas de crédito ya es algo que transciende a la opinión pública. Ya no es un tema oscuro, la gente pide hablar de seguridad, algo que antes ni se tenía en consideración”.
¿Y cómo debe ser una estrategia de seguridad?
Mario García opina que debe hacerse por niveles y con diferentes corazas. García considera, por ejemplo, que “el antivirus es como llevar una camiseta, no te quita el constipado, pero si nos planteamos la defensa por niveles, el antivirus tiene su función y utilidad”.
Los niveles deben adecuarse a la importancia de la seguridad en la organización, en algunos casos pueden decantarse por no poner mucho foco en ciertos flancos. “Y hoy por hoy, resulta clave tener una estrategia clara en torno a los dispositivos móviles de la empresa”, explica.
La informática es la sangre de una empresa y es la clave para que los procesos funcionen y el producto final cumpla con los objetivos deseados. “En unos altos hornos de Alemania, una intrusión provocó que no se apagara el horno y la producción se arruinó. En una constructora sabotearon el sistema de albaranes de manera que no se podían servir los pedidos de ladrillos”, ilustra el directivo con dos ejemplos claros de la vulnerabilidad a la que están sometidos los diferentes sectores de actividad. Por tanto, la seguridad tiene que entrar en los comités de dirección de una forma real porque afecta a la propia continuidad de su negocio. Y opina que los CISO están convencidos de que tienen que mejorar en este ámbito.