La red eléctrica está evolucionando, al igual que la relación entre las fuentes de energía y los usuarios. Con una mínima inversión, su actual infraestructura de alimentación podría generar ingresos adicionales.
A medida que los gobiernos, los organismos reguladores y los consumidores sigan presionando para reducir las emisiones de carbón y los costes de electricidad, todo el sector de la generación de alimentación sufrirá cambios a gran velocidad.
Enormes parques eólicos, tanto terrestres como offshore, proporcionan parte de esa energía con menos emisiones de carbón, pero ese suministro es intermitente. Cada vez que un sistema de altas o bajas presiones llega al área donde están ubicadas estas turbinas, la velocidad del viento aumenta o disminuye y la generación de energía eléctrica asciende o desciende. Lo mismo ocurre con otras fuentes de energía renovables, como los parques solares cuando las nubes cubren los paneles o cuando cambia la hora del amanecer o el atardecer.
Estos sistemas de alimentación están conectados a través de una red eléctrica, y el parámetro que enlaza toda la red es la frecuencia, es decir, la medición por la que se evalúa todo el sistema. Una potencia excesiva hace que aumente la frecuencia, mientras que una potencia insuficiente hace que disminuya. Por toda Europa, los organismos reguladores de la energía establecen límites estrictos entre los que debe mantenerse la frecuencia.
El efecto de las fuentes de energía renovables
Los operadores de redes eléctricas cuentan con una previsión de días, semanas y meses de la cantidad de energía que requiere un país. Por ejemplo, en el Reino Unido, The National Grid compra la electricidad a un grupo concreto de plantas generadoras de energía que han ofrecido el suministro de electricidad. Obviamente, primero elige a los proveedores con los precios más bajos. De este modo, si las predicciones son correctas, todo irá bien, el suministro igualará la demanda y todo el mundo estará contento. Pero es entonces cuando, como acabamos de decir, las condiciones climáticas entran en juego.
Cuando la frecuencia empieza a comportarse de forma imprevista (alejada de los modelos de predicción), el operador de la red eléctrica necesita un menor consumo de energía (frecuencia excesiva) o inyectar al sistema una mayor cantidad de electricidad (frecuencia insuficiente). Estos servicios tienen una amplia variedad de nombres y abreviaturas, pero básicamente se trata de bloques de energía eléctrica inyectados al sistema a gran velocidad, algunos en menos de un segundo tras producirse un evento en la frecuencia. Y al contrario, si un gran número de usuarios es capaz anular la demanda (quizá pasándose a generadores propios o baterías, o en el caso de procesos industriales, simplemente apagándolos) durante un corto periodo de tiempo, entonces el operador de la red eléctrica pagará las consecuencias de esta reducción de la demanda.
En cualquier parte del mundo, donde sea necesario reducir las emisiones de CO2 de las centrales eléctricas o donde haya instaladas plantas de energía solar o eólica, también será necesario utilizar estos servicios de soporte a la red eléctrica “según la demanda”. Estos servicios pueden generar una gran cantidad de ingresos adicionales para las organizaciones que los utilicen. En el Reino Unido, los ingresos potenciales por estos servicios aparecen publicados online y existen numerosas organizaciones que saben aprovechar estos ingresos a la perfección.
Sistemas de alimentación: una nueva fuente de ingresos
La posibilidad de explotar nuevas fuentes de ingresos también ha atraído a inversores de numerosas organizaciones e incluso el gobierno británico está invirtiendo en este sector (quizás un poco tarde).
Así pues, ¿cómo afecta esto a su negocio? Básicamente, todo el mundo puede conseguir una porción del pastel.
Los proveedores que prestan servicios de energía sufrirán la competencia de numerosas y variadas organizaciones. La mayoría de estas organizaciones se denominan “agregadores”. Estas empresas concentran grupos de generadores más pequeños, sistemas de almacenamiento u otros equipos de consumo energético e instalan equipos especiales en:
• Sistemas de alimentación ininterrumpida y sistemas de almacenamiento en baterías
• Frigoríficos industriales
• Bombas y sistemas de calefacción en cubas y tanques industriales
• Elementos de gran consumo energético, como trituradoras y mezcladoras industriales
• Grupos electrógenos
Cuando es necesario, el agregador activa el sistema que hace que el generador, el SAI o la batería envíe energía a la red eléctrica (o que la refrigeración, la bomba o la trituradora se apague). Esta es una descripción muy simplista del proceso, y se requiere cierta ingeniería complicada para proteger al productor privado de la red eléctrica local y viceversa. A cambio de aplicar estas modificaciones, realizar la facturación y distribuir los fondos, el agregador recibe una comisión conforme a la cantidad pagada por el operador de la red eléctrica.
Sistemas SAI y generadores: una opción alternativa para la integración en la red eléctrica
En el caso de organizaciones con suficientes habilidades técnicas y recursos, también hay formas alternativas de integrarse en la red eléctrica. Los proveedores especializados, como Vertiv, han desarrollado sistemas que permiten a los operadores de centros de datos, así como a otras organizaciones comerciales e industriales, participar en estos esquemas y generar ingresos a partir de la capacidad de sus sistemas SAI y generadores existentes o de nueva adquisición.
Integración en la red mediante sistemas SAI: riesgos y beneficios
A una organización podría preocuparle que el uso de una infraestructura como un sistema de alimentación ininterrumpida o un generador para este tipo de actividad de integración en la red eléctrica pueda generar riesgos adicionales. Se trata de una preocupación legítima, pero hay que destacar que solo una parte de su capacidad se emplea para los servicios de soporte a la red eléctrica: siempre habrá suficiente capacidad de resistencia para abordar cualquier incidente que pueda surgir.
Por tanto, con una estrategia adecuada, los servicios de soporte a la red eléctrica deberían permitir un elevado nivel de innovación en la forma en que interactúan los usuarios y los operadores de redes eléctricas:
• Quizás habría que construir menos centrales eléctricas nuevas, ya que la inercia de las redes eléctricas tradicionales generada por las centrales eléctricas podría obtenerse de las baterías
• Se podría generar más electricidad a partir de fuentes de energía renovables, como plantas solares, y almacenar la energía para su uso por la noche
• Los desiertos y las tierras sin uso agrario podrían convertirse (de un modo sostenible) en plantas solares con baterías y conexiones de CC de alta tensión que atraviesen miles de kilómetros hasta los núcleos de población (por ejemplo, desde el desierto del Sáhara hasta España o Italia)
• Los países podrían suministrar toda su energía a partir de fuentes “naturales” usando baterías por la noche
• Se reduciría el consumo de gas, carbón y petróleo en todo el mundo
• Las baterías podrían suministrar alimentación a los coches eléctricos y las casas del futuro
• El Internet de las cosas integrará los sistemas de suministro locales y a los usuarios, haciendo que bajen los precios de la electricidad
El uso de recursos existentes, como almacenes refrigerados de gran tamaño, baterías y sistemas de bombeo, por parte de numerosas organizaciones comerciales e industriales, no solo en el Reino Unido, permitirá generar ingresos. Estos ingresos variarán según el consumo energético, pero su potencial es enorme para los grupos que tengan muchas instalaciones o los propietarios de cadenas de instalaciones.