El pasado mes de octubre anunciábamos de la incorporación de los operadores locales españoles (a través de Aotec), a la iniciativa GAIA-X mediante una propuesta que se sustenta en la implementación y puesta en marcha de pequeños centros de datos híbridos e interconectados en las zonas rurales de nuestra geografía. No es el único caso que pone de manifiesto el “tirón” de los micro CPD. Durante los últimos años hemos visto cómo empresas de diversa índole, ante el volumen colosal de datos que iba generando su negocio, se han decantado por desplegar este tipo de soluciones, logrando así una mayor eficiencia en sus operaciones.
Estos movimientos son una muestra más de las prometedoras perspectivas del negocio de estos data center en miniatura. Global Market Insights estimó un crecimiento global de esta industria del 26% para el periodo de 2020 a 2026, pasando de los 4.000 millones de dólares de 2019 a superar los 15.000 millones. La consultora basaba este ascenso en “la creciente popularidad de los centros de datos compactos, portátiles y modularizados que ofrecen un almacenamiento eficiente y una gestión mejorada de la infraestructura de TI”. Un atractivo que seduce junto con su rápida implementación en plazos de tiempo realmente cortos si los comparamos con los CPD más grandes. Además, como argumentan desde la firma de análisis, si la capacidad no fuera suficiente, siempre se pueden acoplar micro centros adicionales en la misma instalación o en una diferente según el ancho de banda disponible, el espacio y la capacidad eléctrica.
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