Frente a los grandes colocation e hiperescala, que poseen gigantescas infraestructuras para dar servicios a millones y millones de clientes, los centros de datos corporativos empiezan a perder fuelle. El outsourcing se está imponiendo como alternativa de las empresas para albergar su información, así se desprende de los últimos análisis publicados por las principales consultoras como Gartner, IDC y Synergy Research. Sin embargo, paralelamente comienzan a despertar interés otras propuestas capaces de responder a las necesidades de muchas compañías:
los micro CPD. Aunque estas soluciones están presentes desde hace varias décadas (instaladas en barcos, lugares remotos o entornos con una orografía o climatología adversa, para dar servicios de respaldo), lo cierto es que en los últimos años han empezado a demandarse más debido a que las infraestructuras TI son cada día más críticas para las empresas. Teniendo en cuenta que la tendencia es hacia la consolidación y la virtualización, ahora todo puede ser llevado a un rack de servidores. Para todos los públicos Y es que, la posibilidad de tener un centro de datos cerca de las instalaciones, con un despliegue rápido, fácil y económico, que permite un acceso veloz a los datos, seduce a organizaciones de todo tipo y tamaño que precisan tener una respuesta inmediata y de menos latencia de sus activos más críticos. Implica que estas propuestas abarquen un mercado horizontal, más que vertical. Aunque algunos proveedores de estas soluciones aluden a las telco (tanto operadoras como suministradores de infraestructura) como uno de los clientes más importantes, reconocen que tanto el sector industrial como la Administración Pública las están solicitando. Desde la pyme hasta multinacionales que cuentan con diferentes sedes deslocalizadas han puesto el ojo en esta fórmula. Visto lo visto, podemos decir que no hay un perfil típico de usuario, sino que depende de las necesidades que tenga una empresa u organización de garantizar la disponibilidad de su infraestructura TI.
Bueno, seguro y barato
Ya se utilicen como CPD principal o como centro de respaldo, los mini data center disfrutan de las mismas características que un centro de datos convencional, pero en menores dimensiones. Mediante configuraciones prefabricadas, incorporan módulos de alimentación, refrigeración y TI con el objetivo de dotar de flexibilidad a la infraestructura de los data center. Entornos de computación autónomos ya vienen montados y probados de fábrica, lo que les concede el plus de predictibilidad y replicabilidad. Asimismo, admiten configuraciones “a la carta” o personalizables en función de las necesidades del cliente, aunque el sector trabaja por definir soluciones estándar validadas o certificadas por los diferentes proveedores tecnológicos. A ello hay que añadir que suelen ser compatibles con los últimos sistemas convergentes e hiperconvergentes que van surgiendo en el mercado y que ofrecen una gestión centralizada y remota para maximizar el tiempo de actividad. Desde uno a cuatro armarios, estas instalaciones están protegidas contra incendios, inundaciones o polvo. Su gran baza es su alta seguridad, algo que permite ubicarlos en cualquier sitio. Blindados, contienen en su interior equipos de climatización y de detección y extinción de incendios, lo que ofrece una protección tanto interna como externa en el mismo armario. En definitiva, apuestan por la modularidad (los clientes pueden instalar los elementos que les son necesarios) y proporcionan toda la infraestructura necesaria, potencia, comunicaciones y todo lo que conlleva un data center, pero con el valor añadido de la protección adicional. Respecto a si resultan caros o baratos, la horquilla de precios sobre la que se mueven estas soluciones varía en función de cada proyecto. No obstante, a nivel de costes resulta mucho más rentable recurrir a un micro CPD que construir uno de cero. Si se suma lo que valdría acondicionar una sala para lo que se necesita suelo, gastos en climatización, etc. el volumen de inversión se dispara. Además, al encargarse a un único interlocutor, la rebaja de costes es considerable.
De la mano del Edge computing
La incorporación de sensores y equipos inteligentes en el segmento de la fabricación está generando (y generará) una mayor cantidad de datos que habrán de guardarse. El tener más inteligencia en la producción hace que muchas empresas busquen tener los servidores cerca de la misma. Y este hecho dibuja un prometedor futuro de esta fórmula de micro centros de datos. Automatización de procesos, Industria 4.0 e Internet de las Cosas no son las únicas tendencias que la impulsarán. El Edge computing trata de llevar la computación lo más cerca posible del usuario, aproximando los contenidos que exigen un gran ancho de banda y las aplicaciones vulnerables al retardo, proporcionando un enlace de baja latencia con cloud centralizado. El que haya cada vez más dispositivos conectados (12.000 millones de dispositivos y conexiones IoT móviles para 2022 en todo el mundo, y 103 millones en España, según los últimos datos del Cisco Visual Networking Index) y que la generación de datos se haya incrementado espectacularmente en los dos últimos años, prepara un caldo de cultivo para la germinación y desarrollo de esta tendencia que todavía se encuentra en una fase embrionaria, pero que registrará una tasa anual de crecimiento del 41% hasta 2025. Coche conectado, smart cities, transporte inteligente, robots autónomos, e-commerce, realidad aumentada, y un largo etcétera son algunas de las aplicaciones de este fenómeno que necesitará más espacio de almacenamiento. En conclusión, la evolución del sector muestra una transición hacia un ecosistema de computación descentralizado híbrido en el que los mini data center tienen mucho que decir.