La de planes de recuperación de la información almacenada por una compañía son procesos críticos en el ecosistema de los centros de datos; y dada su criticidad, no están exentos de desafíos. Más bien al contrario. Los volúmenes de datos siguen creciendo, las aplicaciones se vuelven más dinámicas y las amenazas como el ransomware aumentan de manera exponencial. Con este panorama, un rendimiento lento de una solución de este calado se presenta como un gran problema para muchas empresas.
Mientras tanto, los métodos tradicionales de backup y recovery están cambiando aceleradamente, pasando de cinta a repositorios de disco y nube. Además de los quebraderos de cabeza que suponen los sistemas on-premise, debemos añadir que las aplicaciones alojadas en plataformas IaaS y externalizadas en SaaS exigen niveles iguales de protección. Estos requisitos tan plurales y diversos están llevando a las organizaciones a buscar propuestas que puedan proteger todo (servidores virtuales y físicos, aplicaciones en nubes IaaS públicas y una lista creciente de aplicaciones SaaS), en lugar de adoptar soluciones de múltiples puntos. Como resultado, la selección de un producto de respaldo que pueda satisfacer las necesidades del negocio durante los próximos tres a cinco años se ha convertido en una labor importante y estratégica.
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