Por Garcerán Rojas, presidente de PQC
Al hablar de puesta a tierra de los grupos, debemos realizar una primera separación de la que, no por resultar obvia, debemos prescindir. Por un lado, la puesta a tierra de su estructura metálica, necesaria como la de cualquier otro componente eléctrico o no eléctrico del sistema. En muchas ocasiones, al preguntar por la puesta a tierra del grupo, se nos ha indicado que sí estaba hecha y la muestra era casi siempre la conexión a tierra del chasis que no era, precisamente, la que buscábamos. Lo que necesitábamos verificar corresponde a la otra puesta a tierra, es decir, la del neutro.
Son varias las razones para la puesta a tierra de uno de los conductores activos de la alimentación (generalmente el neutro), siendo quizá la más interesante la de establecer un camino para la circulación de una corriente de falta (bucle de defecto) que permita la actuación de las protecciones. Y para ello, son distintos los procedimientos que se utilizan, existiendo una primera e importante diferenciación entre cuando los grupos son de media tensión y cuando, costumbre más general, los grupos generan en baja tensión.
Los grupos de media tensión, bastante inusuales en España, pero con mucha mayor implantación en Latam, no están diseñados para sostener una falta monofásica a tierra (la más habitual entre las faltas en un sistema eléctrico), por lo que se conectan a tierra a través de una impedancia limitadora, existiendo dos variantes generales. La de alta impedancia y la de baja y, a su vez, en modalidad de punto único de conexión o multipunto. No entraremos aquí a valorar los detalles de cada opción (sería merecedor el tema de un artículo monográfico) pero sí haremos un par de observaciones generales.
Para saber más, haga click aquí