A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha notificado más de 180 millones de casos confirmados de COVID-19, y al menos 3,2 millones de fallecimientos hasta la fecha. Notablemente, la OMS también señala que se han administrado cerca de 1200 millones de dosis de vacunas, y felizmente, el número aumenta cada día.
Los profesionales de la salud, facultativos, firmas farmacéuticas, investigadores, enfermeros y voluntarios han estado trabajado codo con codo para ayudar al mundo durante esta crisis. Al mismo tiempo, estos grupos han recibido el apoyo de un gran número de nuevas tecnologías innovadoras que han acelerado rápidamente la capacidad del sector para responder a la COVID-19, ayudado a las personas durante estas circunstancias tan difíciles y multiplicado el tratamiento disponible a los pacientes.
El impacto de la COVID-19 en los profesionales de la salud comenzó con una oleada de nuevos pacientes necesitados de atención urgente. Pero nuevos retos imprevistos surgieron a medida que la crisis se desarrollaba. Por ejemplo, hubo que gestionar las restricciones de distanciamiento social para mantener la seguridad al máximo. La crisis llevó a la rápida proliferación de nueva investigación de vacunas y terapias, que necesitaban analizarse y comprender su valor para salvar vidas. También hemos visto una gran cantidad de desinformación que ha llevado a demanda de datos precisos por parte de los profesionales de la salud.
Estos factores han exprimido el tiempo, los recursos y el personal del sector en todos los frentes, lo que ha acelerado la demanda de soluciones digitales innovadoras. En todo el mundo, las organizaciones sanitaras, incluida la OMS, el Imperal College de Londres, Genoomics England, Moderna y UC San Diego Health están usando la tecnología de nube de AWS para ayudar. La computación en la nube ayuda a estas organizaciones ofreciendo la tecnología necesaria para medir la extensión de la COVID-19, hacer pruebas a los pacientes, supervisar su impacto, decodificar las respuestas del sistema inmune, desarrollar terapias, distribuir y gestionar el despliegue de las vacunas, y muchas otras funciones críticas.
Estos factores han exprimido el tiempo, los recursos y el personal del sector en todos los frentes, lo que ha acelerado la demanda de soluciones digitales innovadoras
Estos beneficios no se limitan a resultados clínicos, muchos de los procesos manuales en el desarrollo de las vacunas, la investigación terapéutica y el cuidado de pacientes sobre el terreno también pueden hacerse de forma más rápida, inteligente y menos repetitiva usando la tecnología de la nube, y en particular mediante la adopción del aprendizaje automático.
Resumiendo, la computación en la nube puede ayudar a las organizaciones sanitarias a innovar rápidamente y escalar soluciones de gran impacto, y cumplir al mismo tiempo con los requisitos normativos y de seguridad más estrictos.
La computación en la nube puede ayudar a las organizaciones sanitarias a innovar rápidamente y escalar soluciones de gran impacto
Apoyo a los investigadores
En Francia, por ejemplo, el laboratorio de química teórica de la universidad de La Sorbona lanzó una investigación para comprender mejor cómo funciona el virus a nivel molecular, un proceso que depende de la computación de alto rendimiento (HPC) de AWS para para crear modelos de diferentes proteínas. Mediante el uso de la tecnología de nube, se estima que el laboratorio podría completar los cálculos necesarios en menos de seis meses, en vez de varios años.
Un proyecto de investigación italiano sin ánimo de lucro llamado AlforCOVID también utiliza la nube de AWS para predecir la prognosis de los pacientes de COVID-19 hospitalizados. El principal objetivo del proyecto es crear un modelo de inteligencia artificial que pronostique la trayectoria de la enfermedad de un paciente, usando imágenes pectorales de rayos X y registros médicos como información de entrenamiento.
De forma similar, las empresas de salud digital Smart Reporting en Alemania y Thirona en Países Bajos han estado trabajando para crear una solución de imágenes basada en tomografía computerizada para ayudar al diagnóstico de la COVID-19.
Como explicó el Dr. Wieland Sommer, fundador y CEO de Smart Reporting: «Por lo general se tardan años hasta que la investigación académica se transforma en un producto real y viable. Nosotros hicimos todo ello en tres meses para producir productos interactivos [con Thirona]. Esto fue posible gracias a la tecnología de la nube, ya que todos podíamos usar la misma infraestructura».
Los profesionales de la salud también se han enfrentado a una avalancha de información sobre el virus, de hecho, se publicaron más de 300 000 artículos de investigación médica sobre el tema del tratamiento para la COVID-19 entre diciembre de 2019 y mayo de 2020.
Para abordar esta «infodemia», un equipo del Imperial College de Londres ha creado una plataforma de conocimiento global llamada REDASA (REaltime Data Analysis and Synthesis). La plataforma combina inteligencia artificial con conocimiento humano para ayudar a la comunidad sanitaria a encontrar sentido en toda esta avalancha de información para, finalmente, encontrar mejores tratamientos para la COVID-19 y ahorrar a los profesionales clínicos decenas de miles de horas, un tiempo que pueden emplear mejor en la planificación y atención al paciente.
Desarrollo y despliegue de las vacunas
La preocupación de muchos de nosotros será cuándo podemos recibir nuestras dosis. Y la nube ha demostrado ser una herramienta de valor incalculable para ayudar al desarrollo y despliegue de las vacunas. El desarrollo, gestión y distribución de una vacuna que pueda luchar contra una pandemia global requiere innovación y sistemas de TI modernizados para garantizar que las dosis llegan a los pacientes de manera rápida y eficiente.
En el desarrollo de la vacuna, los científicos de Moderna están utilizando AWS para acortar el tiempo necesario para avanzar fármacos para estudios clínicos, aumentar la agilidad de sus procesos de investigación, desarrollo y fabricación; y lograr resultados, como vacunas personalizadas contra el cáncer, que habrían sido imposibles hace pocos años.
Todos los algoritmos de investigación de Moderna se basan en la potencia computacional de la computación de la nube para impulsar la ciencia. Del mismo modo, toda su fabricación está totalmente digitalizada y basada en la nube, incluyendo su sistema de ejecución de fabricación. Y en lo que respecta a los ensayos clínicos, la mayoría de los datos de sus ensayos se encuentran de forma segura en AWS, usando Amazon Redshift para su análisis.
Los científicos de Moderna están utilizando AWS para acortar el tiempo necesario para avanzar fármacos para estudios clínicos, aumentar la agilidad de sus procesos de investigación, desarrollo y fabricación; y lograr resultados
Tecnología para la atención médica
En la atención médica, se ha producido un auge en las videoconsultas para pacientes externos, ya que, gracias a las plataformas digitales, a los pacientes les resulta más fácil, rápido y sencillo hablar con los profesionales médicos.
En Reino Unido, por ejemplo, el servicio sanitario digital Attend Anywhere hizo posible decenas de miles de consultas digitales en solo unos meses al comienzo de la crisis el año pasado, y su adopción crece cada mes. Se espera que el cambio a las plataformas digitales dure más allá de la crisis ya que ofrece beneficios a largo plazo tanto para pacientes como para profesionales médicos.
En Inglaterra, el National Health Service (NHS) utilizó la computación en la nube para analizar los datos sobre los niveles de ocupación de los hospitales, la capacidad de las salas de emergencia y los tiempos de espera de los pacientes para decidir dónde asignar recursos.
NHS Digital, que diseña, crea y opera productos digitales, sistemas de datos y servicios para el sistema de salud nacional en Reino Unido, también ha utilizado una infraestructura elástica en la nube para ofrecer nuevos productos y escalar los servicios existentes. Por ejemplo, el momento de mayor carga de un sistema clave en las primeras semanas de la pandemia fue 95 veces mayor que el pico más alto habido hasta el momento.
Mantener la fiabilidad y seguridad ha sido fundamental a la hora de introducir cambios a una velocidad muy superior a la anterior. Según Sarah Wilkinson, directora ejecutiva de NHS Digital, estos esfuerzos han servido como trampolín para el futuro.
«Hay mucha más energía y ambición para la transformación digital dentro del NHS ahora que hace un año», explicó Sarah. «Y dado que los servicios digitales se consumen a tal velocidad, y con un impacto tan positivo, confiamos en que el futuro será increíblemente emocionante».
Iniciativa de desarrollo de diagnóstico de AWS
Con la participación de 35 instituciones de investigación, empresas emergentes y grandes empresas, el año pasado AWS lanzó AWS Diagnostic Development Initiative (DDI), un compromiso inicial de 20 millones de USD en créditos de computación y experiencia personalizada para ayudar a los clientes que trabajan en pruebas rápidas y detección precisa de la COVID-19.
En la primera fase de la iniciativa, AWS ayudó a 87 organizaciones en 17 países en diversos proyectos de diagnóstico, como pruebas moleculares para la detección de anticuerpos, antígenos y ácidos nucleicos, diagnóstico por imagen, dispositivos «wearables», y herramientas de análisis de datos que utilizan inteligencia artificial y aprendizaje automático para detectar el virus.
En la siguiente fase, DDI está ampliando su alcance a nuevas áreas como la detección temprana de la enfermedad para identificar brotes en comunidades, prognosis para comprender mejor la trayectoria de la enfermedad, y genómica de la salud pública para reforzar la secuencia del genoma vírico en todo el mundo. Las aplicaciones están abiertas hasta finales de este año.
Más allá de la crisis
Claramente, estamos en un momento decisivo en el que el sector sanitario está aprovechando oportunidades únicas para identificar colaboraciones, trabajar conjuntamente y acelerar la innovación digital para abordar los retos de la pandemia y del sector de un modo más amplio, utilizando sus hallazgos para identificar nuevos modos de ofrecer mejor atención a escala y salvar más vidas.
Una plataforma de conocimiento global como REDASA, del Imperial College de Londres, por ejemplo, es enormemente útil para comprender y tratar la COVID-19 ya mismo. Pero, cabe destacar que esta tecnología y muchas otras similares pueden aplicarse a otros tipos de enfermedades, con un amplio legado para la atención médica en su conjunto.
El Dr. James Kinross del equipo de REDASA explicó por qué este tipo de tecnología puede resultar transformadora: «Ya no hay vuelta atrás a una atención sanitaria predigital. La vida ha cambiado sustancialmente en términos de cómo nos comunicamos con los pacientes, cómo les ofrecemos información para que tomen mejores decisiones, y cómo usamos la transformación digital para lograrlo».
«Estamos contabilizando constantemente el coste humano de esta crisis», añade James, «pero como profesionales clínicos podemos ver que la primera catástrofe global del mundo moderno está acelerando avances en medicina y tecnología que podrían beneficiar a las futuras generaciones».
El futuro de la computación de la nube en la sanidad es tremendamente emocionante, y la velocidad de innovación y adopción en todo el sector sanitario solo se acelerará si organizaciones y empresas demuestran eficacia con ejemplos en el mundo real. Más importante, estas innovaciones pueden verse y sentirse en la atención al paciente y en los resultados en los pacientes de todo el mundo.