La crisis provocada por el COVID-19 ha impulsado los procesos de transformación digital de las organizaciones de todo el mundo. Mejorar la conectividad, reducir la latencia, garantizar la seguridad y aprovechar la información basada en datos se han convertido en objetivos clave a la hora de asegurar la evolución de los nuevos negocios digitales. Para alcanzarlos, las empresas se están orientando de forma más decidida a entornos Cloud y SaaS, incorporando estrategias relacionadas con el Edge y buscando tecnologías de entrega y seguridad de las aplicaciones que resulten sencillas de implementar y que proporcionen datos para facilitar la toma de decisiones.
Estas son algunas conclusiones de la séptima edición del informe State of Application Strategy Report 2021 (SOAS), elaborado por F5 y que refleja las opiniones de 1.500 profesionales de diferentes roles que desarrollan su actividad en organizaciones de distintos sectores y tamaños de todo el mundo.
“La pandemia ha acelerado enormemente la transformación digital global que ya estaba en marcha. El avance que en otras circunstancias podría haber tenido lugar a lo largo de toda una década, se ha materializado en un solo año”, dice Lori MacVittie, evangelista técnica principal de la oficina del CTO en F5.
“En poco tiempo, más organizaciones que nunca han modernizado y distribuido aplicaciones más cerca de los usuarios, junto a las soluciones tecnológicas de entrega y seguridad que las soportan. Si añadimos el avance de la computación en el Edge, comenzamos a ver una situación ideal para el surgimiento de aplicaciones verdaderamente adaptativas, que pueden crecer, reducirse, defenderse y repararse a sí mismas en función del entorno en el que se encuentren y de cómo estén siendo utilizadas”.
Más aplicaciones modernas y más IA
Según el informe de F5, los procesos de transformación digital se desarrollan en tres fases diferentes: automatización de tareas, expansión digital y negocios asistidos por IA. Es normal que las organizaciones trabajen en varias fases al mismo tiempo, sin embargo, el énfasis en cada una de ellas puede indicar el estado de progreso de cada organización.
Así, si en el informe de F5 publicado el año pasado se mostraba que las organizaciones estaban centradas en las dos primeras fases, en la edición de 2021 se destaca el avance en la tasa de adopción de herramientas de IA y aprendizaje automático, un marcador de la fase más avanzada. De esta forma, mientras que en la edición del informe de SOAS de 2020 solo un 17% de los profesionales encuestados decía que su organización ya había adoptado soluciones de inteligencia artificial y aprendizaje automático, un año más tarde, ese porcentaje se ha triplicado, situándose en el 56%.
Al mismo tiempo, otro 57% -20 puntos más que un año antes- afirma seguir avanzando en la fase de expansión digital, lo que significa una focalización en la automatización de los procesos de negocio, la orquestación y los flujos de trabajo digitales mediante la combinación de aplicaciones dispares y el uso de APIs con el objetivo de crear experiencias digitales completas.
En esta segunda fase de expansión digital, la modernización de las aplicaciones se ha convertido en el principal objetivo de los CIO. Esta modernización es necesaria cuando los sistemas heredados resultan demasiado rígidos para permitir una rápida adaptación a las cambiantes condiciones del mercado. Así, más de tres cuartos de los preguntados (77%) afirman que han estado trabajando para modernizar sus aplicaciones tanto internas como externas, lo que significa un incremento del 133% con respecto al año anterior.
Las aplicaciones orientadas a mejorar la productividad de los empleados y las que proporcionan una experiencia excelente al cliente son prioritarias en este proceso de modernización. Las organizaciones emplean distintos métodos en este propósito, que pueden agruparse en cuatro grandes categorías:
• Habilitar interfaces modernas vía APIs.
• Habilitar interfaces modernas a través de componentes como contenedores.
• Refactorización para adoptar arquitecturas y enfoques de diseño modernos.
• Orientación a la nube pública para modernizar las operaciones de forma eficaz.
Dos tercios de los encuestados dicen que sus organizaciones combinan el uso de, al menos, dos de esos métodos. De los que usan solo un método, el 44% dice optar por habilitar interfaces modernas ya sea a través de APIs o de componentes como contenedores, y solo un 11%, principalmente organizaciones tecnológicas, dicen que únicamente están refactorizando sus aplicaciones.
En términos generales, el 58% afirma que está añadiendo una capa de APIs para habilitar interfaces de usuario modernas; un 51% está añadiendo componentes de aplicación, como kubernetes; un 47% está modificando el código de la aplicación y un 40% se está moviendo a la nube pública.
Arquitecturas cada vez más complejas
Una gran mayoría de las organizaciones va a continuar gestionando aplicaciones y arquitecturas tanto tradicionales como modernas. Esta expectativa es apoyada por el 87% de los encuestados, que afirman que ya están compatibilizando ambas, lo que significa 11 puntos más que en 2020. Casi la mitad de todas las organizaciones (48%) afirma que está gestionando al menos cinco arquitecturas diferentes, lo que supone 30 puntos más que un año antes. Según el informe SOAS, este nivel de complejidad acarrea importantes implicaciones, no solo en lo que a herramientas de TI se refiere, sino también sobre cómo se garantiza la seguridad y el rendimiento de las aplicaciones alojadas en entornos distintos.
La pandemia ha sido el principal factor en la aceleración de los despliegues en la nube pública y en modelos SaaS (49% y 46% de los encuestados, respectivamente). Más de dos tercios (68%) ya están alojando algunas de sus tecnologías de seguridad y entrega de aplicaciones en la nube. Al mismo tiempo, las organizaciones se están posicionando para abordar la complejidad arquitectónica que resulta de agregar SaaS y soluciones Edge, mantener entornos on-premises y multi-cloud y modernizar las aplicaciones.
Las soluciones de entrega y seguridad de las aplicaciones también son protagonistas de este informe. Casi cuatro de cada cinco encuestados reconocen ahora las funciones críticas que desempeñan estas tecnologías habilitadoras en la experiencia del cliente y en los acuerdos de nivel de servicio (SLA). La seguridad basada en SaaS fue identificada como un foco estratégico en los próximos dos a cinco años.
Más peso del Edge
La realidad distribuida hace que el Edge acapare gran parte del interés de las organizaciones este año. Un 76% de los profesionales encuestados dice que han implementado o están planificando implementaciones en el Edge, con la mejora del rendimiento de las aplicaciones y la recopilación de datos/habilitación de analítica como los principales impulsores. Por su parte, un 39% cree que la computación en el Edge será de importancia estratégica en los próximos años, y un 15% ya está alojando tecnologías de seguridad y entrega de aplicaciones en el Edge.
“Las organizaciones están comenzando a mirar al Edge con más interés”, dice MacVittie. “Los centros de datos en la nube, aunque soportan acceso ubicuo, son solo ligeramente más distribuidos que los centros de datos on-premises. Por el contrario, el Edge permite a las organizaciones entregar aplicaciones más cerca de los usuarios. En muchos sentidos, el Edge es solo el siguiente paso hacia un universo en expansión de aplicaciones distribuidas, con beneficios (y desventajas) alineados con los de las estrategias multi-cloud. La analítica de datos representa un caso de uso del Edge clave, que permite obtener la visión necesaria para las iniciativas de transformación digital”.
Otro caso de uso del Edge que destaca el informe SOAS de F5 es la distribución de los trabajadores. Más de un tercio (42%) tendrá que dar soporte a una fuerza laboral completamente remota en un futuro próximo. Solo el 15% tiene previsto que todos los empleados regresen a la oficina.
Más datos, pero poca visión y carencia de habilidades
Más de la mitad de los encuestados en el informe de F5 (59%) cree que ya tiene las herramientas que necesita para poder recoger datos sobre la salud de sus aplicaciones. Lo que falta, según las respuestas de la encuesta, son conjuntos de habilidades relacionados con ellas, así como consenso sobre para qué se deben usar los datos, cuándo y por quién. Esta situación provoca que un 95% de los encuestados diga que está perdiendo información sobre rendimiento, seguridad y disponibilidad procedente de sus soluciones de análisis y monitorización existentes.
Los profesionales coinciden en afirmar que los datos recopilados por sus herramientas se utilizan principalmente para la resolución de incidentes. Es preocupante que solo un 12% utilice estos dados para reportar a las unidades de negocio y menos del 24% para observar posibles degradaciones de rendimiento. Por el contrario, cuando se trata de monitorizar componentes que modernizan las aplicaciones, casi dos tercios de los encuestados (62%) dicen estar midiendo el rendimiento en términos de tiempo de respuesta.
Conscientes de la necesidad de mejorar, más del 80% de los encuestados comenta que los datos y la telemetría son “muy importantes” para sus planes de seguridad, y más de la mitad están “deseando” ver los impactos beneficiosos de la IA.
Las organizaciones también señalan a las plataformas que combinan Big Data y aprendizaje automático (también conocidas como AIOps) como la segunda tendencia más estratégica en los próximos dos a cinco años.
La parte menos positiva radica, una vez más, en la escasez de talento, sobre todo para los que identifican AIOps como su principal tendencia estratégica. La mitad de los profesionales cita la falta de profesionales cualificados como su principal desafío.
El camino por delante
“Solo las organizaciones con la combinación correcta de conocimiento y automatización podrán gestionar una cantidad de datos abrumadora, así como identificar problemas de disponibilidad y de rendimiento antes de que ocurran y actuar con la suficiente rapidez para prevenirlos”, agrega MacVittie. “Hasta entonces, muchas no serán capaces de sacar el máximo provecho de su progreso en su proceso de transformación digital o en los negocios habilitados por la IA. En última instancia, esto requerirá una estrategia de aplicaciones que incluya soluciones tecnológicas de seguridad y entrega y que tenga continuidad en escenarios formados por múltiples entornos ubicados más cerca de los usuarios y en el Edge”.