En 2020 la pandemia supuso un importante catalizador para acelerar la digitalización. De esta forma el aumento de la dependencia de los centros de datos y, por extensión, de la infraestructura de telecomunicaciones, ha llegado para quedarse, provocando un gran auge del sector. En el caso de España la asociación Spain DC espera que en los próximos cinco años atraiga inversiones directas en infraestructuras físicas por valor de 5.000 millones de euros, mientras que la Comunidad de Madrid ha anunciado recientemente que recibirá inversiones de 680 millones de euros en nuevos centros de datos en los próximos años.
Estas buenas expectativas también conllevan importantes retos. Si en las últimas décadas se ha trabajado en la eficiencia, de modo que los data center se han mantenido en niveles de demanda estable a pesar de procesar mucha más información, este margen de maniobra se reduce cada vez más. Mientras que la sociedad continúa aumentando su demanda y generación de datos, crece la preocupación por combatir el cambio climático. Eaton, líder en gestión de energía, recoge en el estudio Data Centres and decarbonisation publicado en colaboración con BloombergNEF, que a finales de 2021 la demanda de energía de los centros de datos en cinco mercados europeos clave se situará en 3.0GW.
Los centros de datos en el marco de la transformación energética
Este doble objetivo, aparentemente contradictorio, de aumentar su capacidad mientras reducen su consumo energético, será el que guíe al sector de los data center en los próximos cinco años. Si, además, tenemos en cuenta que otras industrias están inmersas en su proceso de electrificación, es de esperar que la demanda de energía eléctrica se dispare y dificulte a los centros de datos el acceso a la producción.
Una de las soluciones consiste en aumentar e integrar la producción de energía renovable, no sólo para satisfacer la nueva demanda, sino también para desplazar la producción actual basada en fósiles. Los propios operadores de energía se verán obligados también a aumentar el suministro y, al mismo tiempo, desmantelar las plantas de combustibles fósiles.
Los gobiernos que establezcan las normas y la dirección de los mercados energéticos tendrán que tomar decisiones complejas y de gran trascendencia sobre cómo se produce y gestiona la energía y a quién se le da prioridad en el consumo.
El reto de los centros de datos a partir de ahora ya no será el de la eficiencia, sino el de la sostenibilidad. Las nuevas métricas, los nuevos enfoques del diseño y las operaciones de los centros de datos serán objeto de un mayor escrutinio.
“La sociedad depende de los datos, los datos dependen de la energía, y pronto surgirá una brecha significativa entre los deseos y necesidades de la población, atrayendo inversiones e innovación. En el caso de la red, esta brecha permitirá que empresas privadas tanto nuevas como ya existentes contribuyan al desarrollo de la energía renovable que tanto se necesita”, señala Ricardo Ambrona, responsable de marketing para Data Center de Eaton Iberia.
Una oportunidad de alinear los datos y la energía
Un mercado de vendedores para el suministro de energía abre la puerta a nuevos enfoques y modelos. En el caso de los centros de datos, consolidará los argumentos económicos para una nueva relación con la energía, que les sitúe no sólo como consumidores, sino como infraestructuras que apoyan la red con servicios energéticos, almacenamiento e incluso de generación de energía.
“Los datos y la energía se volverán a alinear y, en algunos casos, esa alineación se convertirá también en una proximidad física para mejorar el desarrollo del país. Cuando la economía y la regulación vayan en esta misma dirección, habrá razones para que los centros de datos pasen a proporcionar un suministro flexible directo a la red de forma sostenible”, continúa Ricardo Ambrona.
El sector coupling o “acomplamiento de sectores”, por tanto, podría convertirse en uno de los principales titulares para la industria de los centros de datos en los próximos meses. A finales de 2022 y en adelante, los puntos entre los datos y la energía se habrán redibujado realmente y con suerte se verán unidos, y seguirán creciendo las empresas estructuradas para hacer que los centros de datos sean parte de la solución a la transición a las renovables de forma sostenible y rentable.